LEÓN XIV: “EL VERDADERO MISIONERO NO DOMINA, AMA”
- Canal Vida

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El Papa recordó que evangelizar no es conquistar, sino servir con humildad, esperanza y fuego del corazón.

En tiempos en que el mundo parece más dividido que nunca, León XIV levantó la voz desde Roma para recordar qué significa ser un verdadero misionero. Su mensaje, enviado al XVII Congreso Nacional Misionero en Puebla, México, que se realiza del 6 al 9 de noviembre, no fue una simple exhortación pastoral: fue una advertencia al corazón de la Iglesia.
“El verdadero misionero no domina, ama; no impone, sino que sirve”, escribió el Pontífice, encendiendo una luz de humildad frente a un mundo que confunde liderazgo con poder. Su carta, leída ante miles de religiosos y laicos, resonó como un eco de los Apóstoles: el Evangelio no se predica con discursos, sino con manos que se ensucian al amasar la historia.
LA LEVADURA QUE CAMBIA EL MUNDO
Inspirado en la parábola de la levadura, León XIV explicó que el Reino de Dios no entra en la historia con ruido, sino con paciencia. “Hay que poner las manos en la masa del mundo”, advirtió. El Papa recordó que así comenzó la fe en América: unos pocos misioneros, sin riquezas ni armas, fueron levadura entre los pueblos originarios, y de ese encuentro nació un cristianismo mestizo, profundamente humano, coronado por la Virgen de Guadalupe.

AMAR, NO CONQUISTAR
El Papa evocó a los santos y beatos que fundaron la Iglesia mexicana —como Juan de Palafox—, ejemplos de una fe sin ambiciones. “El misionero que busca poder ya ha perdido el Evangelio”, advirtió. La fe, dijo, no es un imperio: es pan que se reparte, no un trono que se defiende.
PEREGRINOS DE ESPERANZA
En medio de guerras, desigualdades y desiertos espirituales, León XIV pidió a los fieles convertirse en “peregrinos de esperanza y artesanos de paz”. El verdadero misionero —afirmó— no huye del dolor: lo transforma en ofrenda. “El mundo necesita testigos que amen más que hablen”, concluyó.
Con la bendición del Papa y bajo la mirada de la Virgen de Guadalupe, la misión vuelve a comenzar: amasar la historia con las manos del amor.








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