“Sigan a Cristo sin miedo”: el llamado ardiente del Papa León XIV que sacudió a los peregrinos
- Canal Vida
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El Papa León XIV lanzó un mensaje que estremeció a los fieles: seguir a Cristo sin miedo, como los santos, en un mundo seducido por el poder y el éxito. Una advertencia espiritual que interpela a cada familia cristiana.
En una mañana cargada de emoción y simbolismo, el Papa León XIV pronunció un mensaje que resonó con fuerza en el corazón de la Iglesia. Fue en la Sala del Consistorio del Vaticano, ante los peregrinos de la parroquia Santo Tomás de Villanueva de Alcalá de Henares, cuando el Pontífice lanzó una exhortación clara y poderosa: seguir a Cristo con el testimonio vivo de los santos.
No fue un discurso más. En plena octava de Navidad y en el marco del Año Jubilar, el Papa habló con un tono cercano, casi paternal, pero profundamente exigente. Recordó que la fe no es una idea ni una tradición heredada, sino un camino concreto que se recorre con el ejemplo, el sacrificio y la entrega cotidiana.
Tomando como modelo a san Tomás de Villanueva, obispo, reformador y conocido como el “limosnero de Dios”, León XIV destacó tres pilares que —según dijo— hoy el mundo necesita con urgencia: oración, trabajo y amor a los pobres. Subrayó que el santo español vivió con una “santa inquietud”, buscando a Dios en todo momento, sin instalarse en la comodidad ni en el prestigio.
“El testimonio de los santos nos alienta y nos impulsa a seguir adelante”, afirmó el Papa, dejando en claro que la santidad no es para unos pocos elegidos, sino una vocación posible para todos. En un mundo acelerado, superficial y marcado por el éxito fácil, León XIV llamó a recuperar la profundidad espiritual, la sencillez y el servicio silencioso.
Uno de los momentos más fuertes de su mensaje fue cuando recordó que el pobre no es solo alguien que recibe ayuda, sino una presencia viva de Cristo. Una frase que estremeció a los presentes y que enlazó con el llamado permanente de la Iglesia a no mirar hacia otro lado frente al sufrimiento.
El Pontífice cerró su mensaje con una invitación clara: caminar tras las huellas de Cristo, dejarse interpelar por el ejemplo de los santos y transformar la fe en obras concretas. “Que el testimonio de quienes nos precedieron nos empuje a vivir con valentía el Evangelio”, dijo, antes de impartir la bendición apostólica.
Fue un mensaje breve, pero intenso. Un llamado directo al corazón de los creyentes. Un recordatorio de que la santidad no es un ideal lejano, sino un camino posible… y urgente.
“Sigan a Cristo sin miedo”: el llamado ardiente del Papa León XIV que sacudió a los peregrinos
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