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ANTES DE QUE TERMINE EL AÑO, LA IGLESIA HACE UN LLAMADO QUE NADIE DEBERÍA IGNORAR

  • Foto del escritor: Canal Vida
    Canal Vida
  • hace 52 minutos
  • 3 Min. de lectura
El tiempo se agota. El calendario avanza. Y mientras el mundo se prepara para festejar, la Iglesia levanta la voz con un mensaje que atraviesa el alma: todavía hay tiempo para volver a Dios.
Perdón antes de fin de año
 En el silencio del templo y ante la luz del Crucificado, el hombre se detiene, se arrodilla y comprende que aún está a tiempo. Antes de que termine el año, Dios sigue esperando.

Cuando diciembre entra en sus últimos días, algo profundo se mueve en el corazón de los creyentes. No es solo el cierre de un año más. Es el final de un ciclo espiritual. Es la oportunidad —tal vez la última del año— de mirar hacia adentro y preguntarse, con honestidad: ¿cómo está mi alma?


La Iglesia lo sabe. Por eso, en estos días finales, eleva un llamado urgente, silencioso pero poderoso: conversión, perdón, reconciliación y regreso a Dios.


No se trata de una tradición más. Es una invitación radical.


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EL TIEMPO SE CIERRA… PERO LA PUERTA SIGUE ABIERTA

Antes de que suenen los brindis, antes de los fuegos artificiales y los deseos repetidos, la Iglesia recuerda una verdad incómoda: no se puede empezar un año nuevo con el corazón cargado de rencor, culpa o indiferencia espiritual.


El Evangelio insiste una y otra vez: Dios no se cansa de perdonar, pero espera que el hombre dé el paso.


En este tiempo, los sacerdotes de todo el mundo repiten el mismo llamado: volver a la confesión, reconciliarse con quien se hirió, pedir perdón, perdonar, soltar.


Porque el año no termina cuando cambia el número del calendario. Termina cuando el alma hace las paces con Dios.







CONVERSIÓN: LA PALABRA QUE INCOMODA

Conversión no es un concepto antiguo. Es una decisión actual. Significa cambiar de rumbo. Detenerse. Reconocer errores. Abandonar el pecado que se repite. Volver a rezar. Volver a creer. Volver a confiar.


La Iglesia insiste: no hay renovación sin conversión. Y no hay Año Nuevo verdadero sin un corazón nuevo.


Por eso, este final de diciembre no es solo una despedida: es una puerta espiritual abierta.



PERDONAR PARA SER LIBRES

Uno de los llamados más fuertes de estos días es al perdón. Perdonar al que hirió. Perdonarse a uno mismo. Soltar lo que pesa desde hace años.


La Iglesia recuerda que el rencor enferma el alma, enfría la fe y oscurece la esperanza. Y que el perdón —aunque duela— libera.


“No se puede entrar al Año Nuevo con cadenas del pasado”, repiten los pastores.


Canal Vida Fin de Año

RECONCILIARSE ANTES DE QUE TERMINE EL AÑO

El mensaje es claro: Dios espera con los brazos abiertos.

La reconciliación no es un trámite religioso, es un reencuentro. Es volver a casa. Es dejar de huir.


Por eso, en parroquias de todo el mundo, estos días se multiplican las confesiones, las oraciones comunitarias, las misas de acción de gracias y los momentos de silencio.


Porque el alma también necesita cerrar ciclos.



EL ÚLTIMO LLAMADO

Antes de que termine el año, la Iglesia alza la voz con firmeza y ternura:

👉 Volvé a Dios.

👉 Pedí perdón.

👉 Reconciliate.

👉 Empezá de nuevo.


No es una amenaza. Es una oportunidad.


Una oportunidad que no siempre se repite.


Porque nadie sabe cuántos años más tendrá…pero todos saben que hoy todavía es tiempo de volver. Y ese —dicen los santos— es el milagro más grande que puede ocurrir antes de que termine el año.

ANTES DE QUE TERMINE EL AÑO, LA IGLESIA HACE UN LLAMADO QUE NADIE DEBERÍA IGNORAR

ANTES DE QUE TERMINE EL AÑO, LA IGLESIA HACE UN LLAMADO QUE NADIE DEBERÍA IGNORAR

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