El Sacerdote que Caminó 1.900 Kilómetros... y Jesús le Respondió con Tres Milagros que Dieron Miedo
- Canal Vida
- 19 nov
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Un sacerdote peregrinó con la Eucaristía… y en el camino vivió tres hechos inexplicables: protección física imposible, conversiones repentinas y un arcoíris que apareció en el instante exacto. Una historia que sacude la fe del continente.
En una época donde muchos dudan de lo sagrado, un sacerdote estadounidense dejó al mundo sin aliento: el Padre Roger Landry, quien se lanzó a una peregrinación eucarística de más de 1.900 kilómetros… y regresó con tres señales sobrenaturales que desafiaron toda lógica humana.
¿Exageración? ¿Coincidencia? ¿O la Eucaristía mostrando su fuerza como pocas veces en la historia reciente? Los testigos lo resumen así: “Lo que pasó ahí, no tiene explicación terrenal”.
PRIMER MILAGRO: UN CUERPO IMPOSIBLE DE ROMPERSE
El sacerdote inició el camino sin entrenamiento. Catorce horas diarias caminando con el Santísimo en sus manos. Sin pausas. Sin preparación. Lo lógico era que terminara roto, lastimado, agotado. Pero no. El mismo Landry lo dijo, temblando de emoción: “El Señor, a quien me aferraba… me sostuvo. No hubo dolor. No hubo lesiones. Nada”.
Ni él ni sus compañeros sufrieron el desgaste inevitable de cualquier peregrinación extrema. Eso, para Landry, fue la primera señal: la Eucaristía sostiene lo que la carne no puede sostener.
SEGUNDO MILAGRO: EL JOVEN QUE ARROJÓ EL INFIERNO A UN TACHO DE BASURA
En Xenia, Ohio, un joven se acercó indeciso… hasta que vio pasar al Santísimo. Entonces, ocurrió lo imposible: vació sus bolsillos llenos de drogas y vicios, los tiró a la basura, cayó de rodillas sobre el césped y se unió en silencio a la procesión. “No puedo seguir así después de lo que acaba de pasar”, dijo antes de llorar. Fue una de decenas de conversiones que “rompieron las expectativas” del sacerdote.
TERCER MILAGRO: EL ARCOÍRIS QUE BAJÓ DEL CIELO EN EL INSTANTE EXACTO
En una misa al aire libre en Loretto, Pensilvania, Landry habló del arcoíris como señal del Amor de Dios. Y en ese preciso segundo, un arcoíris completo explotó sobre el cielo, dejando a la multitud sin palabras. Gritos, lágrimas, silencio sagrado.
Los peregrinos aún repiten la frase que marcó el viaje: “Si caminás con Jesús… Él siempre te encuentra”.
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