“Limpia mi cuerpo, Carlo”: El milagro que estremeció Paraguay
- Canal Vida
- hace 6 días
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La periodista Karina Benítez —histórica conductora de TV y hoy presidenta de la Asociación de Comunicadores Católicos del Paraguay (ACCP–Signis Py)— afirma que, tras pedir la intercesión de Carlo Acutis, los nódulos mamarios que vigilaba hace años desaparecieron de sus estudios médicos.

Durante tres años, con disciplina y temor contenido, la periodista paraguaya Karina Benítez se realizó controles semestrales por antecedentes familiares de cáncer de mama. Los estudios repetían la misma historia: múltiples nódulos en ambas mamas, catalogados como de bajo riesgo pero inquietantes, el tipo de hallazgo que obliga a mirar el calendario con una mezcla de fe y ansiedad. “Siempre aparecían… incluso aumentaban”, recuerda en diálogo con Canal Vida.
En mayo, mientras cubría periodísticamente una actividad en el Santuario Joven de Schoenstatt, en Asunción, se encontró frente a reliquias de primer grado de Carlo Acutis —entonces beato, hoy santo canonizado por León XIV—. La comunicadora que desde 1996 pasó por Telefuturo, LaTele, Paraguay TV, PRO y que hoy conduce en MegaTV, hizo lo que hacen los que se quedan sin palabras: rezó. “Con mucha fe y mucha humildad le pedí a Carlo que interceda ante Dios: limpia mi cuerpo, todo lo que está mal”, confiesa.
ENTRE LA CABINA DE ECOGRAFÍA Y EL CIELO
A fines de agosto, llegó la hora del veredicto: ecografía mamaria y mamografía. En el silencio tenso del consultorio, el especialista buscó una y otra vez en los sitios donde los nódulos siempre aparecían. Esta vez, no encontró ninguno. “Fue una sorpresa emocionante. Revisaron todo. No había nada”, relata emocionada frente al periodista Pedro Kriskovich. Para la periodista, aquello no fue casualidad: fue gracia. “Alabado sea Dios”, dijo al salir.
Los médicos no “inventan” imágenes; informan lo que ven. Y lo que vieron —o mejor dicho, lo que no vieron— encendió una historia que hoy corre de boca en boca: Karina atribuye su liberación a la intercesión de Carlo Acutis, el “santo millennial” que enamora a una generación a fuerza de pureza, Eucaristía y talento digital.

EL SANTO MILLENNIAL Y LA “COMUNICADORA DE DIOS”
No es un detalle menor: Karina preside la Asociación de Comunicadores Católicos del Paraguay. Carlo, a los 15 años, programó sitios web para difundir milagros eucarísticos y convirtió internet en púlpito. La periodista lo entendió como una señal personal. “Me impresionó lo que hizo para comunicar a Cristo. Yo vivo de comunicar”, dice.
Dos mundos que parecían lejanos —el de un adolescente italiano fallecido en 2006 y el de una conductora paraguaya con décadas de pantalla— se tocaron en un instante de oración.
FE, FAMILIA Y BATALLA INTERIOR
La historia no la escribe sola. Su esposo, sus hijos, su madre y amigos fueron trincheras de acompañamiento en cada control semestral. “La familia es fundamental”, insiste. El miedo fue real; la fe, más. Y cuando la ciencia dejó de mostrar aquello que siempre mostraba, la gratitud explotó.
Karina no se declara contra la medicina —al contrario: recomienda controles y responsabilidad—, pero afirma, sin titubeos, que en su caso hubo un regalo del Cielo.

EL MENSAJE A QUIENES SUFREN
Karina habla a cámara y a corazón abierto: “Aférrense a la oración, valoren a su familia, busquen a Cristo”. Y a los jóvenes, especialmente, les propone un modelo: Carlo Acutis, ahora santo.
En Paraguay, donde su devoción crece con fuerza, esta historia se vuelve estandarte: una comunicadora profesional, acostumbrada a contar noticias, se convirtió en noticia.

CUANDO LA NOTICIA ES UN MILAGRO
Los milagros auténticos los discierne la Iglesia con prudencia. Este testimonio se ofrece como acto de gratitud y fe, y como crónica de un hecho que desborda las planillas clínicas. ¿Qué ocurrió en ese consultorio? Para Karina, Dios obró por la intercesión de Carlo. Para quienes leen, queda una invitación: no renunciar a la esperanza.
En tiempos de ruido y escepticismo, una figura luminosa regresa a escena: un chico con jeans y zapatillas que amaba la Eucaristía y soñaba con que internet sirviera para el bien. Si su vida fue un clic hacia el Cielo, su intercesión es ahora un hipervínculo de misericordia. Y Paraguay —por la voz de una periodista que abrazó la cruz y la noticia— lo cuenta al mundo: la fe sigue escribiendo titulares.





