El Milagro que Hizo Temblar Hasta al Ateo: El Día en que el Rostro de Jesús Apareció en una Hostia… y el Vaticano lo Confirmó
- Canal Vida

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Un milagro eucarístico ocurrido en India en 2013 acaba de ser reconocido oficialmente por el Vaticano: el rostro de Jesús apareció en una hostia y miles cayeron de rodillas. Un hecho inexplicable que transformó vidas y estremeció al mundo entero.

En una pequeña parroquia escondida entre las montañas de Kerala, India, ocurrió algo que —doce años más tarde— el Vaticano confirmó como auténtico milagro eucarístico. Una hostia que reveló el Santo Rostro de Jesucristo. Un suceso tan poderoso que bloqueó carreteras, arrodilló a multitudes y transformó la vida espiritual de miles.
Todo comenzó el 15 de noviembre de 2013, cuando el padre Thomas Pathickal celebraba la misa matutina en la iglesia de Cristo Rey, en Vilakkannur. Al elevar la hostia durante la consagración, notó una mancha extraña… pero aquello no era una sombra ni un reflejo. La mancha se iluminó y, ante los ojos del sacerdote, comenzó a tomar forma: ojos, nariz, boca. Era un rostro. Era el suyo. El de Jesús.
La noticia se propagó como un incendio sagrado. Miles corrieron a la iglesia. Las multitudes fueron tan abrumadoras que la policía del distrito tuvo que intervenir porque la carretera turística a Paithalmala quedó completamente bloqueada por los fieles que lloraban, rezaban, tocaban el suelo de rodillas.

Tres días después, la diócesis retiró la hostia para análisis científicos siguiendo las directrices de Roma. Las pruebas fueron exhaustivas. No había pintura, no había pigmentos, no había explicación.
En mayo de este año, el Vaticano habló: “La Eucaristía es una reliquia de la Divinidad.”
La hostia fue devuelta a la parroquia, colocada solemnemente en un altar lateral para veneración pública. Desde entonces, cientos declararon haber recibido “gracias milagrosas” al rezar ante ella.
Hoy, el rostro sigue ahí. Fijo. Sereno. Inexplicable. Un recordatorio de que el Cielo puede abrirse en cualquier misa… en cualquier altar… en cualquier hostia.









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