La Iglesia debe tener una mayor apertura social e ir al encuentro de otros actores de la sociedad, indicaron los participantes del encuentro sinodal que se desarrolló en Asunción.
Trabajar por una Iglesia inclusiva, fue la conclusión a la que llegaron los más de 150 participantes del encuentro sinodal que se desarrolla la Iglesia Católica en el país, y que en esta oportunidad la actividad se desarrolló en el salón Benedicto XVI del ex seminario metropolitano de Asunción.
En la reunión que se llevó a cabo el 25 de junio los participantes indicaron que en el proceso sinodal hay tres elementos importantes: La comunidad, de ser acogedores formando comunidad entre todos, encontrarse y escucharse, dialogar. La misión, de mantener el diálogo, de acompañar a los más alejados. Y la maduración cristiana y apostólica: realizando la formación continua, la conversión pastoral.
JUNTO A LOS NECESITADOS
Los organizadores indicaron que todos los fieles están llamados a ser portadores del Evangelio, proveer espacios de fortalecimiento de valores cristianos, anunciar el mensaje de fe y estar al lado de los “que se sienten olvidados y excluidos de la sociedad”.
Asimismo, destacaron que el espíritu sinodal debe impulsar “el llamado de atrevernos a una mayor apertura social, ir al encuentro de otros grupos sociales: las comunidades indígenas, los campesinos, los hermanos más necesitados y en situación de calle, los nuevos grupos y organizaciones, miembros de otras iglesias y religiones”.
La actividad concluyó con una celebración eucarística oficiada por el presidente de la Conferencia Episcopal Paraguaya monseñor Adalberto Martínez Flores.
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