Los Últimos Bastiones de Dios: Paraguay y México Resisten el Avance del Mundo Sin Fe
- Canal Vida
- 9 jun
- 8 Min. de lectura
Mientras muchos abandonan la fe, Paraguay y México se aferran a la cruz con fuerza insólita. Son los últimos gigantes católicos de América, y su resistencia frente al secularismo conmueve, inquieta y sorprende al mundo entero.

Mientras Europa apaga las velas de sus catedrales vacías y en Estados Unidos las iglesias se venden para ser bares o gimnasios, hay dos países que no se rinden. Paraguay y México no solo siguen creyendo: están incendiados de fe. En tiempos donde la religión parece retroceder, ellos avanzan, multiplican misas, llenan santuarios y colocan imágenes de la Virgen en cada esquina. La fe en estos pueblos no es un recuerdo del pasado: es el motor que los mantiene vivos.
Los números estremecen: en Paraguay, el 88% de la población se declara católica; en México, el 77.8%. Pero eso no es todo. No se trata solo de identidad, sino de práctica ferviente: peregrinaciones masivas, adoración perpetua, procesiones que detienen ciudades, y jóvenes que rezan el Rosario a la intemperie. En Asunción, Caacupé, Guadalajara o Ciudad de México, lo sagrado sigue siendo cotidiano, público y profundamente arraigado.
En medio de guerras culturales, crisis políticas y el auge del relativismo, los guaraníes y aztecas se alzan como bastiones del catolicismo popular. Y su testimonio incomoda. ¿Cómo es posible que aún crean? ¿Por qué siguen arrodillándose ante el altar? La respuesta no está en las estadísticas, sino en el alma de dos pueblos que decidieron no abandonar a Dios, incluso cuando el mundo entero parece haberlo hecho.
MIENTRAS EL MUNDO SE SECULARIZA, DOS PAÍSES SE LLENAN DE FE
El Latinobarómetro 2023 soltó una bomba que pocos esperaban: mientras América Latina se desangra en deserción religiosa y el catolicismo cae al 54% a nivel continental, hay dos naciones que desafían todas las predicciones. Paraguay, con un fervor casi milagroso, mantiene un imbatible 88–89% de católicos; y México, tierra de Guadalupe, ronda el 77–81%. En un mapa que se vuelve gris, estos países siguen iluminados por la llama de la fe.
Mientras el mundo abandona la cruz, Paraguay y México siguen arrodillados con fervor. No se trata solo de números: misas llenas, procesiones masivas y fe viva convierten a estas dos naciones en los últimos bastiones de un catolicismo en retirada.
No se trata solo de números: una resistencia espiritual que desconcierta a sociólogos, irrita a ideólogos y sorprende a los mismos obispos. ¿Por qué en Paraguay los jóvenes siguen peregrinando a Caacupé como en el siglo XIX? ¿Por qué en México, cada 12 de diciembre, millones se postran ante una tilma con la imagen de una Virgen morena? La cruz, lejos de retirarse, está al frente del combate. Y sus portadores son millones.
Mientras en otras regiones las iglesias se vacían, en Asunción y Guadalajara la misa todavía es el centro del domingo. Mientras el secularismo arrasa con todo, en Encarnación o Puebla aún se bendicen casas, se reza el Rosario en plazas y se cantan letanías con lágrimas en los ojos. Paraguay y México no son excepción: son profecía. Y sus cifras no mienten. Aquí, la fe no muere. Aquí, la Iglesia está viva.

CONTEXTO EXPLOSIVO
En un continente donde la fe parece resquebrajarse, donde incluso Brasil —históricamente el país con más católicos del planeta— vio caer su adhesión del 65 % al 50 % en menos de dos décadas, el panorama parece sombrío para la Iglesia. Las nuevas generaciones abandonan los templos, el relativismo moral se expande, y las prácticas religiosas tradicionales son desplazadas por movimientos más “emocionales” o incluso por un secularismo creciente que borra siglos de evangelización. El corazón católico de América Latina late más débil… salvo en dos lugares.
En Paraguay, la misa aún detiene ciudades. En México, millones peregrinan por amor a la Virgen. Frente al tsunami evangélico y la irreligión, estos pueblos no claudican: oran, creen, celebran… y resisten.
Centroamérica, otrora bastión del catolicismo popular, sucumbió a una verdadera avalancha pentecostal. En países como Honduras, los evangélicos superaron numéricamente a los católicos. Lo mismo ocurre en Guatemala y El Salvador, donde la fragmentación religiosa y el discurso de prosperidad ganaron el alma de millones. Las cifras no mienten: en muchos de estos países, los católicos no alcanzan ni el 50 % de la población. El cambio es radical, dramático y, para muchos creyentes, desconcertante. ¿Dónde quedó la fe de nuestros abuelos? ¿Dónde están las misas multitudinarias y las procesiones que llenaban calles enteras?
Y sin embargo, entre las ruinas de un catolicismo que retrocede, Paraguay y México se alzan como fortalezas inexpugnables. El territorio guaraní parece blindado al avance de las sectas. Mientras que el país del "Chavo del 8" sigue siendo el epicentro de la fe guadalupana, donde millones continúan rezando el rosario, asistiendo a misa y celebrando con fervor las tradiciones católicas.

EL MAPA SE REDIBUJA: AMÉRICA LATINA DEJA DE SER TERRITORIO PAPAL
Una advertencia profética
“El hogar del 39 % de los católicos del mundo dejará de ser de mayoría antes de 2030”, sentencia Andrew Chesnut, investigador de la Virginia Commonwealth University. Su frase no es un simple análisis académico: es un grito de alarma que resuena como campanas de duelo para la Iglesia en América Latina. La región que alguna vez fue el corazón espiritual de Roma ya no responde con la misma devoción. Hoy, los templos vacíos y la multiplicación de credos alternativos dibujan un nuevo mapa, uno donde el Papa ya no es rey absoluto, sino apenas una referencia simbólica.
El mapa cambia, pero hay dos países que no se rinden. Paraguay y México desafían la apostasía global y sostienen el trono de la Iglesia católica en el continente. Son, hoy, la excepción que grita fe en medio del silencio.
Una caída estrepitosa
El retroceso es contundente. En 1970, el 92 % de los latinoamericanos se identificaban como católicos. Hoy, esa cifra apenas alcanza el 69 %. Mientras tanto, los protestantes —especialmente los pentecostales— crecen como fuego sobre pasto seco: ya son el 19 %, y avanzan sin tregua. La irreligión, por su parte, también se expande: del 0 % al 8 %, empujada por nuevas generaciones desencantadas o indiferentes. Lo que antes parecía impensable —la pérdida del monopolio católico— ahora se presenta como un hecho irreversible.
Pero dos naciones resisten
En medio de esta tormenta espiritual, Paraguay y México brillan como bastiones de resistencia. Mientras el resto del continente vira hacia nuevos credos o hacia el vacío, estas dos naciones siguen de rodillas… no por debilidad, sino por fidelidad. En ellas, el Evangelio no se debate: se vive.
📖También te puede interesar:

PARAGUAY: EL ÚLTIMO REDUCTO
Con el 89 % de católicos declarados, según Pew, y apenas una reducción mínima en las últimas décadas, este país, que vio pocas migraciones religiosas, se presenta no sólo como el más católico del continente, sino como el más fiel a la tradición.
Cercano a 77 % de practicantes con nivel medio-alto de compromiso religioso, uno de los mejores; y altísima proporción de oración, misa y formas de piedad .
La asistencia dominical promedia un 50 % —muy alta para los estándares globales—, aunque algo menor que en Centroamérica .
Las denominaciones protestantes crecen, pero lentamente: apenas 7–7,4 %.
Este reducto guaraní desafía el espíritu secular: mientras el resto de Latinoamérica abandona la cruz, Paraguay mantiene el trono del catolicismo con fervor y temple. Ni tormentas de secularización ni tsunami pentecostal pueden derribar la muralla.

LA SEGUNDA NACIÓN MÁS CATÓLICA
Números contundentes
México ostenta un 77–81 % de católicos, y aunque registró una leve caída en el último censo, sigue siendo el gigante del continente tras Paraguay .
La explosión evangélica —pasó del 5–6 % a 11 % entre 2000 y 2020— sí marca tendencia, pero no desplaza al catolicismo mayoritario .
El 68 % de los adultos tienen una opinión favorable del Papa, en una prueba de vigencia de la lealtad a Roma.
Trayecto histórico
En 1995, el país de Paquita la del Barrio reportaba 70 % de población católica. Tras un auge hasta el 80 % en la década siguiente, hoy exhibe ligeras señales de secularización juvenil, aunque sin comprometer su posición dominante.
La tierra de san José Sánchez del Río, cuna de milagros y devoción popular, camina con paso firme en un continente que quiebra su fe. Rebosa templos, rodea procesiones, y sostiene la fe católica con una mezcla inquebrantable de tradición y fervor. Mientras los pastores protestantes suman fieles, el gigante azteca sigue con la mirada puesta en el Vaticano y el latido de cada misa dominical.


¿CÓMO INTERPRETAN ESTAS REALIDADES LOS EXPERTOS?
La batalla más allá de los números
Que México y Paraguay mantengan mayorías católicas no implica inmunidad: la rivalidad evangélica persiste y la irreligión se consolida entre los jóvenes mexicanos (8,1 % sin religión en 2020) . Además, la inquietud jerárquica trasciende fronteras: mientras otras naciones migran a formatos religiosos evangélicos, en estos dos países la sobrevivencia del catolicismo depende también de su capacidad de modernización y acercamiento a las nuevas generaciones.
Contraste continental alarmante
En Brasil, la religión católica cayó del 65 % al 50 % en una década.
En Centroamérica y el Caribe sur, la desaprobación religiosa (irreligión) sube del 17 % al 19 %, y la proporción de protestantes sube de 21 % a 25 % en sólo tres años .
¿Una resistencia milagrosa?
El 77 % de los adultos mexicanos y paraguayos tienen un nivel medio-alto de compromiso religioso, orando, creyendo en milagros y en el más allá. Paradójicamente, la Iglesia enfrenta un reto global: perder adeptos no solo en número, sino en intensidad espiritual.

LOS DOS PAÍSES GUERREROS DE DIOS
Paraguay y México se levantan como los últimos reductos del catolicismo continental, resistiendo la ola pluralista.
En Paraguay el 88–89 % de la población se mantiene católica; en México, ese porcentaje asciende al 77–81 %, superando con comodidad al promedio latinoamericano.
Sin embargo, el crecimiento evangélico y la secularización juvenil representan amenazas crecientes.
La era de Papas latinoamericanos, con Francisco a la cabeza y León XIV (estadounidense, con varias décadas en Perú), no impidió el retroceso general de la iglesia en el continente; las cifras lo confirman.
En un contexto de transformación religiosa acelerada, Paraguay y México simbolizan la fe colectiva en su versión más tradicional.
SITUACIÓN DRAMÁTICA, PERO CON UNA LUZ DE ESPERANZA
Este resumen de la situación religiosa en América no es inventada: se basa en cifras oficiales del Pew Research Center, el Latinobarómetro, y datos oficiales de INEGI y estadísticas del Vaticano.
El relato dramático no distorsiona, pero sí amplifica la situación: si alguien despega hoy para ver dónde aún se respira la atmósfera del catolicismo tradicional en América Latina, encuentre su destino en Asunción y Ciudad de México.
Comments