"Gol de Dios": El Futbolista que se Quitó la Camiseta para Mostrar a Cristo
- Canal Vida
- hace 37 minutos
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En un mundo donde el fútbol es religión para millones, un campeón del mundo decidió revelar al verdadero Señor de su vida en plena gloria deportiva. Su gesto dio la vuelta al planeta… y no fue un gol lo que hizo estallar los estadios.

La final de un Mundial, la presión de un estadio lleno, cámaras que transmiten a cientos de millones de personas… y un jugador que, en medio del festejo, desafió a las normas, al protocolo y hasta a la FIFA para proclamar su fe.
Era el 30 de junio de 2002, Yokohama, Japón. Brasil acababa de coronarse campeón del mundo tras vencer a Alemania por 2-0. Entre abrazos, confeti y lágrimas, un joven de apenas 20 años, Ricardo Izecson dos Santos Leite —mejor conocido como Kaká— se apartó unos metros, miró al cielo y, con manos temblorosas, se quitó la camiseta de la selección.Debajo, una remera blanca con letras negras proclamaba: "I Belong to Jesus" (“Yo pertenezco a Jesús”).

UN MENSAJE QUE CRUZÓ FRONTERAS
El gesto no era improvisado. Kaká había llevado esa camiseta oculta durante todo el torneo, esperando el momento exacto. No era marketing, no era un eslogan: era su confesión de fe, nacida de un encuentro profundo con Dios tras un accidente que casi lo deja paralítico a los 18 años.
En medio de la euforia, su mensaje no necesitó traductor. En un deporte que se jacta de ídolos, él señalaba a otro: Cristo. Los flashes estallaron, las cámaras lo enfocaron, y su rostro no mostraba arrogancia, sino gratitud.

LA REPETICIÓN QUE DESAFIÓ A LA FIFA
No fue la única vez. En 2004, tras ganar el Scudetto con el Milan, volvió a mostrar la misma camiseta. En 2007, después de conquistar la Champions League, otra vez se arrodilló en el césped, levantó los brazos y enseñó ese mensaje al mundo.
Incluso cuando la FIFA empezó a sancionar la exhibición de mensajes religiosos, Kaká no se detuvo. “Mi vida es de Jesús”, declaró en entrevistas, consciente de que no solo anotaba goles: dejaba testimonio.

CUANDO EL GOL ES UNA ORACIÓN
Para Kaká, el fútbol era una plataforma para glorificar a Dios. No predicaba desde un púlpito, sino desde el césped, entre patadas, sudor y cánticos de hinchadas.
Cada vez que marcaba un gol, alzaba las manos y miraba al cielo. No pedía nada. Agradecía. “Si hoy puedo correr, saltar y jugar es por Él. Estuve a punto de no caminar nunca más, y ahora corro para Cristo”, contó en su biografía.

UN MENSAJE QUE SIGUE VIVO
Hoy retirado, Kaká sigue compartiendo su fe. Ya no viste camisetas con mensajes en estadios, pero sus redes sociales siguen recordando a millones de seguidores que su mayor victoria no fue levantar la Copa del Mundo, sino vivir para Aquel que venció la muerte.
En un tiempo donde las figuras públicas se cuidan de “no incomodar” con su fe, Kaká se atrevió a incomodar… y su foto, con la camiseta blanca y las letras negras, sigue inspirando a deportistas y creyentes de todo el planeta.

EL GOL QUE CAMBIÓ VIDAS
No hubo arco, ni portero, ni balón en ese instante. Hubo un joven de pie en medio de una tormenta de emociones, con el corazón ardiendo y el valor para proclamar lo que muchos callan.
En la historia del fútbol, sus goles quedarán en las estadísticas. Pero para quienes entendieron el mensaje, el verdadero gol fue aquel que apuntó directo al cielo.