León XIV Estremece Roma con un Grito de Comunión: “¡Que Nuestras Diversidades Sean Taller de Unidad!”
- Canal Vida
- 29 jun
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Pedro y Pablo discutieron. Se enfrentaron. Se contradijeron. Pero juntos murieron por Cristo. Y hoy, desde el corazón mismo de la Iglesia, el Papa clama que esa tensión fecunda es la semilla de una nueva evangelización.

29 de junio. Basílica de San Pedro. Más de 10.000 personas —dentro del templo y en la plaza— escucharon la palabra de León XIV con los ojos y el alma encendidos. En el altar de la Confesión, se celebraba la solemnidad de los santos Pedro y Pablo, con la tradicional imposición del palio a 54 nuevos arzobispos de todo el mundo. Pero lo que estremeció no fue el rito, sino la palabra.

UNIDAD SIN UNIFORMIDAD: EL NUEVO GRITO DE ROMA
El Papa no habló de una Iglesia sin diferencias. Habló de una Iglesia que se nutre de ellas. Recordó que Pedro era un pescador simple, y Pablo, un intelectual riguroso. Que uno negó a Cristo, y el otro persiguió a los cristianos. Que discutieron cara a cara. Pero que ambos terminaron dando la vida por la misma fe.
“Que nuestras diversidades no nos dividan, sino que sean taller de unidad y comunión”, proclamó con fuerza. Y esa frase ya circula por todo el mundo como consigna de una Iglesia viva.

CONFLICTOS SANTOS, COMUNIÓN REAL
Citó sin miedo la Carta a los Gálatas: “Cuando Cefas llegó a Antioquía, yo le hice frente”. No para alentar disputas, sino para mostrar que el conflicto no destruye la comunión cuando hay verdad y Espíritu.

“El Espíritu no borra lo que somos, sino que une nuestras diferencias como quien compone una sinfonía”, dijo León XIV, con voz grave y ojos encendidos.

NUEVOS COMPROMISO
A los 54 arzobispos que recibieron el palio, el Papa les habló con fuerza: “No sean jefes de oficina. Sean pastores que caminen con el pueblo, que escuchen, que convivan con ideas distintas y no se asusten de la diferencia”.
Desde Guam hasta Perú, desde Estados Unidos hasta Nueva Caledonia, los nuevos metropolitanos recibieron esa carga y esa bendición: ser puentes, no murallas.

“¿QUIÉN ES HOY JESÚS PARA VOS?”
Sobre el final, el Papa encendió una pregunta que ya da vueltas en miles de corazones: “¿Quién es hoy Jesucristo para nosotros? ¿Una tradición vieja o una llama viva?”.
Con esa chispa, León XIV le dio a la Iglesia no un discurso, sino un llamado a despertar.

CAMINEMOS JUNTOS, AUNQUE SEAMOS DISTINTOS
“Pedro y Pablo no fueron iguales. Pero fueron hermanos. No pensaron igual. Pero murieron abrazados por la misma Verdad”, cerró León XIV.
Y desde el corazón de Roma, volvió a proclamar que la diversidad no es debilidad, sino riqueza cuando hay Espíritu.
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