El Día en que Dios Irrumpió en su Vida: La Misa que Cambió el Destino de un Joven Mexicano
- Canal Vida
- 18 nov
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Una simple Misa se convirtió en el día en que Dios irrumpió en la vida de un joven mexicano. Entre silencio, incienso y un llamado inesperado, Ángel descubrió que su destino no era común: era ser sacerdote. Esta historia está transformando corazones.
Nadie en la familia de Ángel David imaginó que una simple Misa —una más, casi rutinaria— sería el escenario de un llamado divino capaz de partir su vida en dos. Creció en una casa donde Dios era una palabra decorativa: estaban bautizados, sí… pero vivían en lo que él llama “ateísmo práctico”. Ni Misa, ni oración, ni fe. Nada. Hasta que, de repente, ocurrió lo improbable.
Un día, sus padres —cansados de esa vida sin rumbo— regresaron a la Iglesia, recibieron los sacramentos y se casaron por la Iglesia. Ese gesto, que parecía solo un formalismo, detonó un terremoto espiritual en el corazón del niño. Sin saberlo, ese renacer de sus padres era la primera chispa de la historia que Dios estaba por escribir.
La transformación se aceleró cuando Ángel empezó a prepararse para la Primera Comunión. Aquello que él pensaba que sería “una tradición más”, se convirtió en un llamado profundo. Luego vino un paso mayor: ser monaguillo. Entre cálices, incienso, silencio y altar, el misterio de Dios comenzó a hacerse irresistible.
Pero el día decisivo llegó en una Misa común. El sacerdote tenía una fila interminable de penitentes. Cincuenta personas esperando confesarse. Ángel, desde su rincón, miró ese gesto de entrega… y entonces ocurrió.
“Me pregunté si algún día podría ser yo quien ofreciera el perdón de Dios”, recuerda. En ese instante, sintió una voz interior que no era suya, un impulso que no venía de la tierra. Esa fue la semilla de su vocación.
Hoy, con solo 20 años, Ángel se prepara para el sacerdocio en Pamplona. Ve una Iglesia desafiada por el secularismo, pero también llena de esperanza. Y lo tiene claro: “El sacerdote de este tiempo debe ser sano, sabio y santo”.
La aventura comenzó en una Misa. Y cambió todo para siempre.
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