top of page
  • Foto del escritorCanal Vida

La ciudad espiritual detenida en el tiempo

Una ciudad religiosa en medio de los volcanes.
 

Postal de Arequipa.


Los volcanes Misti, Chachani y Picchu Picchu rodean a la ciudad que mezcla lo colonial con la modernidad; es que caminar por algunas calles de Arequipa (Perú) transportan al siglo XVII, mitras que al voltear la cabeza y ver los grandes edificios con las últimas tecnologías, nos damos cuenta que vivimos en el siglo XXI.


En esos antagonismos se respira espiritualidad, religiosidad… No solo porque hay un convento que lleva el nombre de la mística doctora de la Iglesia proclamada por Pío VI, santa Catalina de Siena, sino que también allí en el 1600 vivió sor Ana de los Ángeles Monteagudo (1602-1686), monja beatificada en 1985 por san Juan Pablo II en su visita al Perú.


Una de las seis calles que tiene la ciudadela del monasterio de Santa Catalina de Siena.


EL PERDURAR DE LA CIUDAD SAGRADA

A pesar del largo tiempo transcurrido desde su fundación a mediados del siglo XVI, soportando una serie de dificultades y desastres naturales, el monasterio de Santa Catalina —que en un su interior contiene una ciudadela religiosa que habitaron las monjas— continúa manteniendo a través de las hermanas dominicas ese espíritu contemplativo y dedicado a Dios.

 
 

SITIO DE CONTEMPLACIÓN Y BELLEZA

Mediante un acuerdo entre el cabildo de Justicia y Regimiento de Arequipa y el Obispado del Cusco, y la donación de bienes por parte de María de Guzmán, se fundó en 1579 monasterio, convirtiéndose en el único de clausura en el lugar.


Lavandería de la ciudadela.


Santa Catalina, en pleno centro de Arequipa, dista a sólo dos cuadras de la basílica catedral y ocupa un espacio de más de 20.000 metros cuadrados, que comprende un sinnúmero de áreas y construcciones hechas de sillar blanco o piedra volcánica que forman una gran ciudad amurallada.


Fuente de la plaza central.


La ciudadela cuenta con tres claustros, seis calles con nombres de localidades españolas (Sevilla, Granada, Toledo, Burgos Córdoba y Málaga), una lavandería, plaza, cementerio e iglesia. En el lugar llegaron a vivir 550 personas.




RESISTENCIA Y APERTURA

El ingeniero Eduardo Bedoya Forga en su libro "Puerta abierta entre dos mundos" cuenta que tan riguroso fue el régimen de clausura de las monjas del monasterio que en no pocas oportunidades hubo resistencias e incomodidad por parte de estas en que se hicieran reparaciones en su interior, debido a los constantes terremotos que azotaron la ciudad.


Claustro de sor Ana de los Ángeles Monteagudo.


Esto cambió en 1968, cuando el por entonces obispo de la jurisdicción, monseñor Leonardo José Rodríguez Ballón, trajo a ocho jóvenes monjes dominicas españolas, quienes convencieron a las hermanas más ancianas que el convento sea remodelado sin demoler las zonas históricas.




COLECCIÓN DE ARTE

El monasterio abrió sus puertas para ser visitado recién en 1970 y fue el acontecimiento que convirtió definitivamente a Arequipa en un centro turístico a nivel internacional.


Sala pictórica del monasterio.


El edificio ubicado en el casco histórico de la ciudad posee una pinacoteca con alrededor de 400 obras religiosas de la escuela cusqueña y limeña de la época virreinal del Perú.

 
 

VIDA MONÁSTICA HOY

En la actualidad 25 hermanas de la orden de los predicadores viven en el convento en lo que se podría denominar régimen de “semi clausura”, ya que tienen permitido salir al médico o para hacer diligencias personales.



Si bien el silencio es importante en su vida contemplativa, no es necesario que sea estricto, ya que cuentan con recreos y espacios para la socialización y tienen acceso, aunque muy restringido, a internet y ver televisión.


Algo que no cambió desde los orígenes es el acompañamiento por el sonido de la campana que indica los cambios e inicios de actividades dentro del monasterio.


Imagen de sor Ana de los Ángeles Monteagudo.


Su carisma, según afirmó una de las religiosas, “se basa en la predicación para la salvación de las almas en medio de la vida comunitaria”. “Nosotros mediante nuestra vida de oración y contemplación somos el corazón que da fuerza a la Iglesia”, destacó.

 
 

VISITAS

La “ciudad religiosa” puede ser visitado de lunes a domingo, de 9 a 18; y la entrada general tiene un valor de 11 dólares.


Asimismo, a través de su portal web el monasterio ofrece una visita virtual que tiene un valor de 8 dólares.


Para más información comunicarse al correo electrónico informes@santacatalina.org.pe o a los teléfonos: +51 54 221213 / 34 / 35.

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page