La masacre en la iglesia de Nigeria sigue sin resolverse. La inseguridad cada vez es más importante. Ante el desgobierno que existe en el país, le piden al presidente que renuncie.
La policía investiga la masacre pero sin resultados positivos.
El domingo de Pentecostés, de fiesta, se vio empañado por el terrible atentado en el que asesinaron a niños, jóvenes y adultos en una parroquia de Owo, Nigeria. A casi una semana del hecho todavía no se sabe de los perpetradores ni el número exacto de víctimas, que un principio se dijo que eran 50. “En la morgue tenemos 38 personas”, aseguró el padre Augustine Ikwu, director de Comunicación Social de la diócesis de Ondo.
El grave hecho, que tuvo muy poca cobertura por los medios en mundo, marcó un antes y después en la vida de los habitantes de esa localidad que ahora no se animan a salir por las calles. “La inseguridad es insostenible”, aseveró Ikwu en una entrevista al sitio web de Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN —sigla en inglés—).
SIN NÚMEROS EXACTOS
El 5 de junio la iglesia San Francisco Javier se transformó en un lugar sangriento, con la gente corriendo desconcertada, tratando de salvar la vida. En ese escenario familiares de muertos retiraron cuerpos, y otros asistían a los heridos y se los llevaban a los nosocomios más cercanos.
Padre Augustine Ikwu, director de Comunicación Social de la diócesis.
Por ese motivo el presbítero informó que tienen nombres de víctimas y heridos, y tratan de comunicarse con los familiares de todos los feligreses que participaron en misa ese domingo.
Pasaron cinco días de la masacre, no saben si hubo algún otro fallecido, por lo que “no podemos proporcionar cifras definitivas”.
AGRADECIMIENTO A LOS MÉDICOS
El sacerdote durante la semana visitó los hospitales donde están internados algunos convalecientes, a los cuales vio estables, aunque otros graves, y destacó la gran labor que realizan los médicos.
“Pienso que con la gracia de Dios, nuestras oraciones y los esfuerzos del personal médico sobrevivirán”, manifestó.
HECHO SIN ESCLARECER
Hasta el momento la policía nacional no dio con los malvivientes que causaron la masacre ni saben los motivos. “Se especula mucho al respecto, pero no queremos quedarnos en especulaciones que podrían resultar incorrectas”, señaló el director de Comunicación Social de la diócesis.
Asimismo, indicó que el país está marcado por la inseguridad, los enfrentamientos políticos y los conflictos entre pastores fulani y campesinos. “Esperemos que capturen a algún atacante y confiesen los verdaderos motivos del atentado”, expresó.
Ante los rumores de que el ataque podría haber sido realizado por movimientos islámicos, Augustine aseguró que “resulta difícil creer que los musulmanes locales hagan algo así” e indicó que los que viven en esa región son pacíficos y “salieron públicamente a condenar esta atrocidad”.
El ministro del Interior de Nigeria visitó ayer la iglesia San Francisco Javier
ORACIÓN
Desde la parroquia hoy iniciaron una novena por las víctimas y pidieron a todos los fieles del mundo que se unan en oración en este “momento difícil”.
PEDIDO DE RENUNCIA
Este hecho engrosó la cantidad de asesinatos que hay un país que día a día se torna invivible, donde la inseguridad se apoderó de las calles, por eso el padre Augustine Ikwu, con mucho dolor por la masacre, le pidió al presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari, que renuncie.
“No es deshonroso dimitir cuando te enfrentas a una situación que no podes manejar, si el país se volvió ingobernable, debe ser honorable renunciar para que alguien más capacitado ocupe tu puesto”, sentenció, al tiempo que reflexionó: “no debemos permitir que nos guíe la codicia”.
SIN VENGANZA
Familiares de las víctimas y fieles están indignados por la situación que se vive en el país, el dolor se transforma en odio y éste puede pasar a la venganza, que es el miedo que ronda en los pastores de la ciudad.
“El obispo pidió a la población que sea pacífica, que respete la ley y que no se tome la justicia por su mano, porque debemos afrontar el mal con la paz”, subrayó, y explicó que es cierto que “esto es fácil de decir y difícil de practicar, pero a la larga descubriremos que es lo mejor para la sociedad”.
“Nosotros tenemos esperanza en Dios, esperamos que Él nos ayude, creemos que lo hará, pero tenemos miedo”, concluyó.
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