La Conferencia Episcopal Peruana emitió un comunicado en el defendió a un arzobispo de las acusaciones de un ministro de Estado.
“El poder debe estar al servicio del pueblo y no al servicio de sus representantes o aquellos que se arrogan esta condición”, indicaron los obispos del Perú en un pronunciamiento público realizado el 21 de abril, en el que también recuerdan que desde 2016 el país esta en una constante crisis política que agobia a los ciudadanos, y que esa “constante inestabilidad se genera desde los diversos actores políticos y los grupos de poder”.
Ante la grave situación que se atraviesa, los prelado le pidieron al presidente de la República, Pedro Castillo, y a los congresistas, que “asuman la responsabilidad para la que los eligieron”. “La democracia en este momento crítico no puede ser reflejo del enfrentamiento entre Poderes del Estado ni de posiciones intransigentes que contribuyan a una mayor inestabilidad”, subrayaron los obispos.
Este Pronunciamiento llega también en el contexto de un conflicto entre el primer ministro del Perú, Aníbal Torres, y el cardenal Pedro Barreto. El primero llamó miserable al segundo. Ante el hecho, la conferencia episcopal declaró: “toda persona tiene derecho a la libertad de expresión pero no puede utilizarla para dañar la dignidad de las personas. En una sociedad donde esta dignidad no se respeta y donde la violencia verbal y los insultos reemplazan al diálogo y a las ideas, se pone en peligro el futuro y el crecimiento integral de la misma sociedad”.
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