León XIV Cierra un Organismo Creado por Francisco: El Movimiento Más Audaz y Polémico de su Pontificado
- Canal Vida
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En una jugada inesperada y explosiva, León XIV cerró un organismo creado por Francisco menos de diez meses después de su fundación. El Vaticano quedó sacudido: ¿por qué lo desmanteló de inmediato? ¿Qué descubrió realmente el Papa? La tensión es histórica.
En el Vaticano explotó una bomba silenciosa. A menos de diez meses de su creación, el León XIV tomó una decisión que nadie imaginaba… y que muchos consideran su primer acto directo contra una estructura creada por Francisco. Con un quirógrafo firmado el 29 de septiembre —y revelado recién este 4 de diciembre— suprimió totalmente la Commissio de donationibus pro Sancta Sede, el organismo que Francisco había instituido para impulsar donaciones globales hacia el Vaticano.
La orden es clara: queda disuelta de inmediato.Los cinco miembros, incluido su presidente Roberto Campisi, cesan en sus funciones sin transición ni período de ajuste. Todo lo que hicieron, todo lo que planificaron, todo lo que aprobaron… queda anulado por decreto papal.
Se trata de una medida radical que sorprende incluso dentro de los muros leoninos, porque es la primera vez en este pontificado que se desmantela por completo un organismo diseñado por Francisco, sin continuidad ni reforma, sino con eliminación total de su estatuto, sus actos y hasta sus reglamentos internos.
El quirógrafo es explícito: el Consejo para la Economía detectó riesgos, fragilidades y fallas en la estructura, y recomendó “remodelar” todo el sistema de recaudación de fondos. León XIV no remodeló: lo borró del mapa.
La decisión deja mensajes fuertes:
Rompe con una de las últimas iniciativas administrativas del pontificado anterior.
Centraliza nuevamente la gestión económica en APSA, que ahora absorberá bienes, fondos y responsabilidades.
Marca el estilo León XIV: rápido, quirúrgico, implacable ante lo que considera ineficiente.
Mientras tanto, en Roma ya hablan del “primer choque institucional” entre visiones distintas de gobierno. Algunos lo llaman prudencia. Otros, ruptura. Pero nadie duda de que este movimiento reordenará silenciosamente —y para siempre— el mapa del poder económico dentro del Vaticano.
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