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“León XIV Sacude al Mundo: ‘¡Jóvenes, Sean Como San Charbel o el Mundo perderá su Luz!’

  • Foto del escritor: Canal Vida
    Canal Vida
  • hace 11 minutos
  • 2 Min. de lectura
En el Líbano, León XIV lanzó un mensaje que sacudió a miles de jóvenes: “¡Sean como San Charbel!”. Un llamado místico, radical y desafiante que ya recorre el mundo entero. ¿Por qué el Papa pide imitar a un ermitaño milagroso?
León XIV San Charbel
León XIV le pidió a los jóvenes que sea como el santo de los miles de milagros.

El 1 de diciembre, en un Líbano herido pero vibrante, ocurrió algo que nadie esperaba: León XIV encendió un llamado que estremeció a miles de jóvenes, un mensaje que ya muchos describen como “el discurso espiritual más poderoso de su pontificado”. Frente a una multitud que lo escuchaba en silencio absoluto, el Papa lanzó una invitación que sonó más a desafío profético que a simple consejo: “¡Sean como san Charbel!”.


El público explotó. Jóvenes llorando, brazos levantados, cánticos espontáneos… como si el viejo ermitaño maronita hubiese vuelto a caminar entre ellos.


León XIV San Charbel
El Papa cuando estuvo en el santuario de san Charbel recorrió las instalaciones y antes de rezar frente a la tumba observa una de las reliquias que se conservan: la vestimenta del santo.

San Charbel Makhlouf, el monje de ojos cerrados, el ermitaño que vivió entre silencio, ayunos y milagros imposibles, fue presentado por León XIV como el modelo urgente para una generación consumida por pantallas, ruido y vacío interior. Y el Papa no se guardó nada.


“¡Cierren los ojos al mundo y ábranlos a Dios!—clamó—En un mar de distracciones y vanidades, tomen cada día un instante para entrar en el silencio donde Él habla”. Las palabras resonaron como un golpe suave pero contundente. Porque san Charbel no fue un místico más: su intercesión acumula más de 33.000 milagros documentados, sanaciones que ni médicos ni científicos pudieron explicar.

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León XIV, movido por una fuerza que hasta sus asesores calificaron de “aplastante”, les pidió adoptar su estilo de vida: oración diaria, Sagrada Escritura, Adoración, Misa y silencio real, ese silencio que derrumba miedos y abre puertas al misterio. “¡Miren a Charbel!—continuó—Un hombre que se sumergió en la penumbra… y desde allí iluminó al mundo entero”.


León XIV San Charbel
Arrodillado frente al santo de los milagros.

Antes de despedirse, lanzó la frase que ya se volvió lema en las redes del Medio Oriente: “Que en sus ojos brille la luz divina… y florezca el incienso de la oración”.


La pregunta ahora arde: ¿Se animará esta generación a responder al llamado?




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