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María, Escudo de Paz en un Mundo en Llamas: El Clamor del Papa en la Asunción

  • Foto del escritor: Canal Vida
    Canal Vida
  • 15 ago
  • 3 Min. de lectura
En la Asunción de María, León XIV lanzó un mensaje que sacudió corazones: un llamado a la paz en un mundo en guerra. Desde Castel Gandolfo, pidió encomendar a la Virgen el destino herido de la humanidad.
León XIV
León XIV sostiene en brazos a un bebé durante un encuentro con fieles, en un gesto de cercanía y ternura que desató sonrisas y emoción entre la multitud. (Fotografía: Vatican Media)

En un mundo donde las bombas eclipsan las campanas y los gritos ahogan las oraciones, el Papa eligió la solemnidad de la Asunción para lanzar desde Castel Gandolfo un mensaje que no admite indiferencia.


Frente a miles de fieles y millones de corazones conectados, pidió encomendar la paz mundial a la Virgen María, “asunta a los cielos”, no como un recuerdo piadoso… sino como la más viva aliada en esta hora oscura.



“MARÍA SUFRE POR SUS HIJOS”

León XIV habló sin rodeos: la violencia, dijo, “se expande con una frialdad sorda e insensible a cualquier gesto de humanidad”. Y en ese diagnóstico helado, introdujo el fuego cálido de María.


“Ella, como Madre, sufre por los males que afligen a sus hijos, especialmente a los pequeños y a los débiles”, recordó. Sus palabras hicieron eco de siglos de apariciones marianas en momentos de guerras, persecuciones y catástrofes.


No fue solo un llamado a rezar: fue una invitación a reconocer a María como madre que acompaña y protege en medio del fuego cruzado de la historia.

Pedro Kriskovich
EL ECO DE UN PAPA DEL PASADO... Y DEL FUTURO

En un gesto que unió décadas y heridas, León XIV citó a Pío XII, que en 1950 proclamó el dogma de la Asunción en un planeta aún estremecido por la Segunda Guerra Mundial. En Munificentissimus Deus, había advertido sobre la destrucción de vidas y la propagación de guerras. León XIV, mirando el presente, afirmó: “Esa advertencia sigue siendo más actual que nunca”.


Hoy, 75 años después, Gaza, Ucrania y tantas otras tierras repiten el eco de esas alarmas. El Santo Padre no lo maquilló: “La violencia se presenta cada vez más sorda e insensible a cualquier gesto de humanidad”.



UN SÍ A LA MISERICORDIA, UN NO A LAS ARMAS

La frase que muchos ya comparten en redes fue clara: “Dios es más grande que el pecado de los hombres… Sólo en su misericordia es posible encontrar de nuevo el camino de la paz”.


Con esa declaración, rompió con la resignación que se cuela cuando las noticias de guerra se vuelven rutina. No se trató solo de un discurso: fue un grito mariano contra la lógica de la confrontación.


León XIV
El Papa dirige su mensaje de la Solemnidad de la Asunción desde Castel Gandolfo, llamando a la paz y a la esperanza en medio de un mundo marcado por la violencia. (Fotografía: Vatican Media)
LA REINA DEL CIELO... Y DE LA TIERRA HERIDA

En esta fiesta mariana, el Papa pidió mirar a María no como figura lejana, sino como Madre activa en la historia, capaz de entrar en la oscuridad más densa y abrir caminos hacia la reconciliación. Miles de rostros en la plaza mostraban lágrimas, sonrisas y un renovado impulso para no aceptar como “inevitable” la guerra.


Desde Castel Gandolfo, el mensaje voló más allá de fronteras, recordando que la paz no es un sueño ingenuo… sino una tarea urgente. Y que María, en la Asunción, sigue alzando su manto sobre un mundo que arde.



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