Los Pobres Lloran al Padre del Pueblo: La Rosa Blanca de Francisco
- Canal Vida
- 25 abr
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Bajo el sol romano, con una rosa blanca en la mano y lágrimas en los ojos, los últimos de la sociedad se convierten en los primeros en despedir al Papa que jamás los olvidó. Francisco no solo les tendió la mano, les dio dignidad, y ahora ellos lo acompañan hasta su descanso eterno.
Son los hijos quienes saludan al padre. Así define monseñor Benoni Ambarus, encargado de la caridad y la pastoral penitenciaria en Roma, el desgarrador momento que se vivirá en la escalinata de la basílica de Santa María la Mayor, donde este sábado 26 de abril, un grupo de pobres, migrantes, exreclusos, personas trans y sin techo recibirá con rosas blancas el féretro de Francisco. El Papa de los gestos concretos, el que convirtió su amor por los olvidados en política pastoral y estilo de vida, será despedido por aquellos a quienes más amó.
"Él los miró a los ojos", recordó el cardenal Fernando Chomali (Chile), conmocionado al ver la multitud de personas humildes acercarse desde todos los rincones para agradecer, llorar y honrar al Papa que hizo de la pobreza su bandera.
Desde que Jorge Mario Bergoglio asumió como Francisco en 2013, los pobres dejaron de ser invisibles en el Vaticano. Duchas para indigentes, almuerzos multitudinarios, la Jornada Mundial de los Pobres, donaciones millonarias personales a presos, hospitales y migrantes... Francisco no predicó: actuó. Hoy, su despedida es la prueba viva de que su mensaje tocó almas.
"La rosa blanca es para decirle gracias", dice Ambarus entre lágrimas. El gesto es sencillo, pero infinito: representa el amor de miles que vieron en él un rostro de Dios. En un mundo que descarta, Francisco los eligió. Hoy ellos lo despiden como a un padre, y lo devuelven a la Casa del Padre.
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