LO QUE NUNCA DEBÉS HACER ANTES DE CONFESARTE…
- Canal Vida
- hace 32 minutos
- 3 Min. de lectura
En Adviento, miles vuelven al confesionario después de años… y no saben por dónde empezar. Pero hay errores que pueden cerrar la gracia y pasos que pueden cambiarlo todo. La confesión no es un trámite: es el momento donde Dios te reconstruye.

Hay quienes pasan meses sin confesarse. Otros, años. Y algunos… décadas enteras.
Pero en este Adviento —este tiempo donde el cielo se abre un poco más y Dios se acerca de puntillas—, hay una verdad que la Iglesia repite desde hace dos mil años: la confesión no es un trámite… es un terremoto espiritual.
Y como todo acto que toca el alma, tiene sus peligros…y también sus milagros.
❌ LO QUE NUNCA, JAMÁS, DEBÉS HACER ANTES DE CONFESARTE
1. NO HAGAS UNA “CONFESIÓN-LAVADO RÁPIDO”
Entrar al confesionario como quien entra a un autoservicio espiritual es un error fatal. La confesión no es una lista de supermercado: es un examen del corazón.
2. NO OCULTES LO QUE TE AVERGÜENZA
El demonio tiene un truco favorito: hacerte creer que hay pecados “demasiado feos” para decirlos. Pero lo oculto se pudre. Lo confesado se cura.
3. NO TE AUTOPERDONES ANTES DE TIEMPO
Muchos llegan con excusas: “Yo soy así”, “todos lo hacen”, “no es tan grave”. Eso bloquea la gracia. Si te justificás, Dios no puede sanarte.
4. NO VAYAS CORRIENDO A ÚLTIMA HORA
La prisa es enemiga de la conversión. Quien llega apurado… sale igual que entró.
5. NO TE CONFIESES SOLO POR COSTUMBRE
Una confesión sin dolor y sin deseo de cambio es como regar cemento: nada florece.

LA VERDADERA PREGUNTA: ¿CÓMO CONFESARTE DESPUÉS DE AÑOS?
Hay personas que no se confiesan desde que eran niños. Otros desde un retiro del colegio. Otros desde su última misa de Navidad… hace veinte años.
Y todos repiten lo mismo:“¿Por dónde empiezo?”.
Aquí está el camino:
1️⃣ MIRATE SIN MIEDO — DIOS YA TE MIRÓ PRIMERO
Sentate. En silencio. Decile a Jesús: “Mostrame lo que tengo que sanar”. Y esperá. La memoria empieza a hablar… y Dios también.
2️⃣ HACE EL EXAMEN MÁS IMPORTANTE DE TU VIDA
Preguntate:
¿A quién herí?
¿Dónde fui indiferente?
¿Qué hábitos me están matando el alma?
¿Qué cosas dejé de hacer por miedo, por orgullo o por comodidad?
Es en la verdad donde empieza el perdón.
3️⃣ LLAMÁ AL PECADO POR SU NOMBRE
No digas “tuve un fallo”. Decí “mentí”. No digas “me desbordé”. Decí “traté mal”. No digas “me confundí”. Decí exactamente lo que pasó.
La claridad abre la puerta a la gracia.
4️⃣ PEDÍ FUERZA PARA CAMBIAR… NO SOLO PERDÓN
La confesión no es magia. Es un pacto. Vos ponés tu voluntad. Dios pone su poder.
5️⃣ HABLÁ SIN MIEDO — EL SACERDOTE NO SOSPECHA NADA NUEVO
Los curas escucharon todo. Todo. Lo que digas no los va a sorprender. Y lo más importante: no están ahí para juzgarte, están para sostenerte.
EL GRAN SECRETO DEL ADVIENTO:
EN LA CONFESIÓN, NO SOS VOS QUIEN BUSCA A DIOS…ES DIOS QUIEN TE ESTÁ BUSCANDO A VOS
Si hace años que no te confesás, no vuelvas como quien vuelve a una oficina. Volvé como quien vuelve a casa.
La confesión no es un cuarto oscuro. Es una sala de emergencias donde Jesús te espera con un diagnóstico perfecto: “No importa cuánto tiempo pasó. Lo que importa es que volviste”.
Este Adviento puede ser diferente. Puede ser el Adviento donde, por fin, te animás a bajar la guardia, dejarte ver y volver a empezar.
Porque cada confesión sincera tiene el poder de hacer lo que el pecado no quiere: DESTRUIR TU PASADOY ABRIRTE LAS PUERTAS DE UN FUTURO QUE NO IMAGINABAS.





