León XIV Clamó por los Secuestrados y Encendió la Fe de los Jóvenes
- Canal Vida
- hace 7 días
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El Papa estremeció la plaza San Pedro con un Ángelus que pasó de la súplica desgarradora por los secuestrados en África a un llamado urgente a los jóvenes del mundo. Su grito por la paz sacudió Roma… y al planeta entero.
En una plaza San Pedro colmada, bajo el cielo de la solemnidad de Cristo Rey, León XIV volvió a hacer temblar al mundo con un Ángelus que no dejó a nadie indiferente. Con voz firme, casi herida, el Pontífice arremetió contra la violencia creciente, elevó un pedido desesperado por los secuestrados en África y encendió la esperanza de los jóvenes de todo el planeta.
“¡Que las iglesias y las escuelas vuelvan a ser lugares seguros!”, exclamó frente a miles de fieles. El silencio que siguió a sus palabras fue tan profundo que parecía que la misma Roma contenía la respiración. No era un discurso más. Era un grito. Un lamento que llevaba el peso de sacerdotes, estudiantes y fieles raptados en Nigeria y Camerún.
León XIV alzó la voz donde otros callan: exigió la liberación inmediata de todos los rehenes y reclamó a las autoridades que actúen “sin demora y sin excusas”. Fue un llamado que atravesó fronteras y sacudió conciencias.
Pero su mensaje no se detuvo allí. En el marco de la Jornada Mundial de la Juventud en las diócesis, el Papa envió un abrazo espiritual a millones de jóvenes: “Que descubran la belleza de seguir a Cristo, Rey del amor y de la paz”, dijo con un brillo que encendió la plaza.
También reveló detalles de su inminente viaje apostólico a Turquía y Líbano, donde honrará los 1700 años del Concilio de Nicea y presentó su nueva Carta Apostólica In unitate fidei.
Finalmente, con una calma casi maternal, invitó a rezar a la Virgen María. Un Ángelus que no solo se rezó: se sintió. Un mensaje que no solo se escuchó: se grabó en el alma del mundo.
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