LAS MUJERES QUE TEJEN ESPERANZA: CÁRITAS PREMIA A LAS PERUANAS QUE CONVIERTEN LA VOZ EN FUTURO
- Canal Vida
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No empuñan armas ni ocupan titulares, pero están cambiando el destino de comunidades enteras. Cáritas premió a mujeres que, desde el silencio y el trabajo diario, tejen esperanza. Las peruanas, protagonistas de una revolución invisible.

No cosen solo hilos: tejen dignidad, memoria y esperanza. En un mundo atravesado por la violencia, la pobreza y el olvido, Cáritas Internationalis decidió mirar hacia donde casi nadie mira y premió a mujeres que, desde lo pequeño y lo local, están cambiando la historia. Entre más de 120 candidaturas de todo el planeta, las mujeres indígenas del Perú ocuparon un lugar central.
El reconocimiento se entregó en el marco de la iniciativa “Mujeres Tejedoras de Esperanza”, lanzada por Cáritas durante el Jubileo Peregrinos de Esperanza 2025. Seis proyectos fueron premiados con subvenciones de hasta 10.000 euros. Entre ellos, uno resuena con fuerza en América Latina: Radio Ucamara, en la Amazonía peruana.
Allí, mujeres del pueblo indígena Kukama usan la comunicación, el arte y la palabra para algo revolucionario: reconstruir la identidad, sanar heridas y fortalecer el liderazgo femenino. A través de la radio comunitaria, las mujeres dialogan con las nuevas generaciones, transmiten saberes ancestrales y recuperan una voz que durante décadas fue silenciada. No es solo comunicación: es resistencia cultural y acción colectiva.

Mientras otros proyectos premiados trabajan con mujeres beduinas en Palestina, migrantes en Marruecos, comunidades rurales en Bangladesh, Malawi o mujeres privadas de libertad en las Antillas, el caso peruano destaca por su profundidad simbólica: cuando una mujer indígena habla, todo un pueblo vuelve a existir.
“El Espíritu Santo siempre nos da la gracia que necesitamos”, afirmó Alistair Dutton, secretario general de Cáritas Internationalis. Y esa gracia hoy tiene rostro de mujer amazónica, micrófono en mano, tejiendo esperanza palabra por palabra.
En tiempos donde el mundo se rompe, ellas no gritan: tejen. Y el futuro, silenciosamente, empieza a tomar forma.





