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La Virgen que Une, No la que Divide: Ponen Fin al Debate sobre los Títulos de María

  • Foto del escritor: Canal Vida
    Canal Vida
  • hace 39 minutos
  • 3 Min. de lectura
El Vaticano termina con una confusión de siglos: una nueva Nota Doctrinal aclara cómo debemos llamar a María. Ya no “Corredentora”. Ahora, la Madre del Pueblo Fiel. El documento, aprobado por el Papa, conmueve al mundo católico.
León XIV
León XIV reza ante la Virgen de Fátima.

Bajo la mirada serena de la imagen de la Madre del Redentor, el Vaticano volvió a hablar. Y esta vez lo hizo sobre Ella: María, la mujer más amada, in

vocada y debatida de la historia. En un documento aprobado por León XIV, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe puso punto final a uno de los temas más sensibles de la devoción popular: cómo debe llamarse a la Virgen María.


El texto, titulado “Mater populi fidelis” (“Madre del pueblo fiel”), llega tras años de confusión, oraciones y hasta disputas teológicas entre fieles que la llaman “Corredentora”, “Mediadora” o “Madre de todas las gracias”. El documento, sin embargo, busca devolver claridad al corazón de la Iglesia: María es Madre, no Corredentora. Es puente, no sustituto.



EL AMOR NO NECESITA EXAGERACIONES

“El amor de María no necesita títulos que oscurezcan a Cristo”, afirma el documento firmado por el cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio. “Todo en Ella —continúa— remite a la centralidad de Jesús y a su obra redentora”.


La advertencia no es menor: durante décadas, grupos marianos en todo el mundo impulsaron la idea de proclamar un nuevo dogma que definiera a María como Corredentora. Pero el Vaticano fue claro: ese título no solo confunde, sino que puede desequilibrar la fe, al sugerir que María comparte el poder redentor que pertenece únicamente a Cristo.

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EL ECO DE RATZINGER Y FRANCISCO

La Nota recuerda que incluso el cardenal Joseph Ratzinger —más tarde Benedicto XVI— había frenado la idea en 1996: “La fórmula ‘Corredentora’ se aleja demasiado de las Escrituras y provoca malentendidos”, escribió. También Francisco, en varias ocasiones, rechazó esa expresión, calificándola de “exageración teológica”.


Sin embargo, el documento no niega la ternura ni la acción maternal de la Virgen. Al contrario: reafirma su papel como “Madre de los Creyentes”, “Madre Espiritual” y “Madre del Pueblo Fiel”, títulos que subrayan su cercanía a la humanidad y su rol de intercesora, pero sin apartar la mirada de Cristo.


papa Francisco
Francisco y su devoción mariana.
ENTRE EL CIELO Y LA TIERRA: MARÍA, LA DEL PUEBLO

El texto también aclara otro punto sensible: el título de Mediadora. El Vaticano no lo prohíbe, pero advierte que debe entenderse en sentido subordinado, como participación en la única mediación de Cristo. “María coopera, pero no compite”, explica el documento.


Por eso, la devoción verdadera no está en acumular títulos, sino en vivir como Ella: creyendo, sirviendo, guardando silencio. María no necesita un nuevo dogma para ser amada; ya es la Madre que acompaña al pueblo en cada procesión, en cada rosario, en cada súplica ante una vela encendida.

Pedro Kirskovich
MARÍA MADRE

En tiempos de confusión espiritual, Mater populi fidelis recuerda una verdad luminosa: María no eclipsa la luz de Cristo, la refleja. Su grandeza está en señalar al Hijo, no en sustituirlo.


Y así, entre la humildad y la gloria, el Vaticano proclama de nuevo el misterio que todo creyente lleva en el corazón: María es Madre. Y basta.



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