La Patrona del Uruguay tiene su lugar en el jardín de la Santa Sede.
El cardenal Daniel Sturla junto a mons. Arturo Fajardo. (Fotografía: CELAM)
Uruguay sigue teniendo alegrías que endulzan el espíritu y el alma: a la canonización del 15 de mayo de su primera santa, la Madre Francisca Rubatto, dos días después se sumó la inauguración de un mosaico en el jardín del Vaticano dedicado a la Virgen de los Treinta y Tres.
La nueva imagen que enaltece el lugar quiere ser un recuerdo permanente de la Iglesia de Uruguay en el Vaticano y una expresión del cariño recíproco y de la buena relación entre ambos Estados.
El cardenal Daniel Sturla, arzobispo de Montevideo, destacó que la llegada a los altares de la Madre Francisca Rubatto y la entronización de la Patrona de la Patria “es un mensaje de fidelidad a la fe católica, que está asentada sobre la roca firme de Pedro, y, como siempre nos invita el Papa y como sabemos que es el mandato de Cristo, a evangelizar, a anunciar la alegría, el gozo de la fe católica, la alegría de ser seguidores de Jesucristo”.
La actividad contó con la presencia de la Embajada del Uruguay ante la Santa Sede, los seis obispos del Uruguay que viajaron a Roma a la ceremonia de canonización, entre otros representantes diplomáticos, sacerdotes y laicos.
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