Gertrude Detzel, un ejemplo de valentía y fe, difundió su amor al Señor incluso en los momentos más oscuros de la persecución religiosa en la ex Unión Soviética y hoy está camino a la beatificación.
Gertrude Detzel: una mujer valiente y profundamente religiosa que dio testimonio de su fe a pesar de la persecución y deportación.
Gertrude Detzel (1903-1971), una mujer valiente y profundamente religiosa, fue deportada a Kazajistán en 1941, junto con muchos otros alemanes, para realizar trabajos forzados. Su delito: no ocultar su fe. A pesar de las condiciones adversas, no tuvo miedo de dar testimonio de su de su amor a Dios a todos los que encontraba en los campos de concentración. Hoy está abierto su proceso de beatificación.
En 1949, fue detenida tras una denuncia y deportada a un campo de trabajo y reeducación comunista llamado "pueblo de Tschemolgan". Allí, su valentía y fe seguían siendo notables, y organizaba oraciones conjuntas entre católicos y luteranos en los domingos.
TESTIMONIO DE AMOR A DIOS
Después de la muerte de Stalin en 1953, los prisioneros comenzaron a ser liberados, pero Gertrude no. La llevaron a un "asentamiento especial" alemán cerca de Semei, bajo estricta vigilancia, donde se le prohibió salir. Sin embargo, esto no detuvo a la mujer, que ardía por la fe.
Con su hermana Valentina, iba de casa en casa de los pueblos cercanos donde vivían otros alemanes, bautizaba a los niños y a los adultos, les daba oraciones copiadas a mano en secreto, a las parejas casadas. Si las hermanas hubieran sido descubiertas, esto habría supuesto otros 20 años de trabajos forzados para ambas.
AL SERVICIO DEL PRÓJIMO
Gertrude finalmente se trasladó a Karaganda a finales de la década de 1950, donde se convirtió en miembro de la tercera orden de san Francisco y organizó la vida eclesial de los numerosos exiliados.
En la Unión Soviética, la fe católica se transmitió durante 60, 70 años casi sin sacerdotes, porque habían sido deportados a los campos. Gertrude sustituyó a un sacerdote por el pueblo, reuniendo a los fieles para las oraciones del rosario y la misa dominical, les explicaba la Biblia y les presentaba a los santos. Tenía, como afirman los testigos, el don de la predicación.
FALSA LIBERTAD
La situación de los cristianos en Kazajistán fue compleja a lo largo de su historia. Durante la época soviética, la religión estaba restringida y el estado controlaba estrictamente la práctica de cualquier culto. Muchos cristianos, incluyendo a Gertrude Detzel, fueron perseguidos, deportados y encarcelados por practicar su fe abiertamente.
Después de la caída del régimen soviético, la situación mejoró en términos de libertad religiosa. El país adoptó una Constitución que establece la libertad de religión y el Estado reconoció a varias religiones, incluyendo el cristianismo.
Sin embargo, aún persisten algunas restricciones y limitaciones en la práctica religiosa, y las minorías religiosas, incluyendo los cristianos, enfrentan desafíos en la sociedad y a veces experimentan discriminación.
En la actualidad, los cristianos en Kazajistán son una minoría, representando aproximadamente el 1% de la población del país. La mayoría son ortodoxos y hay una minoría católica.
CAMINO A LOS ALTARES
El obispo de Karaganda, monseñor Adelio dell'Oro, abrió el proceso de beatificación para Detzel. "Lo que veo en la vida de Gertrudis es una profunda fe y un enorme coraje", aseguró el prelado. "Dondequiera que estuviera, incluso en los campos, no tenía miedo de vivir su fe y de dar testimonio de ella a todo el mundo", señaló.
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