LA TEOLOGÍA QUE DESPIERTA A LA IGLESIA: LEÓN XIV EXIGE DISCERNIR LAS SOMBRAS DEL MUNDO
- Canal Vida
- hace 2 horas
- 2 Min. de lectura
En un mensaje explosivo al corazón de la Iglesia, el Papa advirtió que sin teología no hay discernimiento, y sin discernimiento la fe se apaga. Llamó a iluminar las sombras del mundo moderno con una inteligencia espiritual que despierte conciencias.

En una Sala del Consistorio colmada de tensión, solemnidad y expectación, León XIV levantó la voz como pocas veces. Ante la Comisión Teológica Internacional, el Pontífice lanzó un mensaje que ya resuena en toda la Iglesia: sin teología no hay discernimiento, y sin discernimiento, la Iglesia pierde su brújula en un mundo que cambia a una velocidad brutal.
No habló como académico, lo hizo como pastor herido por las sombras del presente. Advirtió que la humanidad vive rodeada de res novae, “cosas nuevas” que amenazan con confundir, desviar y adormecer el corazón del Pueblo de Dios. Y solo una teología viva, encarnada, en diálogo con el mundo real, puede discernir por dónde camina el Espíritu.
DISCERNIR PARA NO CAER EN LA CEGUERA ESPIRITUAL
León XIV fue directo: “Estas realidades nos interpelan con urgencia… para anunciar con creativa fidelidad la Buena Noticia dada al mundo una vez para siempre”.
Aquí está el fuego de su mensaje: no se trata de repetir fórmulas, sino de iluminar problemas inéditos con la luz eterna de Cristo. La teología —dijo— es “la admisión humilde de que necesitamos luz para no perdernos”.
La Iglesia enfrenta desafíos que antes no existían: biotecnologías que manipulan la vida, inteligencias artificiales que modelan conciencias, crisis culturales que rompen identidades. Sin discernimiento, todo se vuelve confusión.
Y por eso pidió teólogos valientes, capaces de “leer los signos de los tiempos sin miedo y sin ideologías”.

TRES ARMAS PARA UNA IGLESIA QUE DEBE DESPERTAR
El Obispo de Roma delineó tres caminos que son, en realidad, tres armas espirituales:
1. LA CATOLICIDAD COMO FUENTE
No hay discernimiento encerrado en un escritorio. Exigió una teología que escuche la voz de las Iglesias locales, “sus heridas, sus sueños, sus luchas”. El teólogo debe tener olor a pueblo, dijo en clave pastoral.
2. DIÁLOGO CON TODAS LAS CIENCIAS
La teología que no dialoga se marchita. León XIV pidió teólogos capaces de entrar en laboratorios, universidades, debates culturales y redes digitales sin miedo. “No hay ciencia que la teología pueda ignorar”, dijo con firmeza.
3. ORACIÓN Y SANTIDAD COMO BASE
El vicario de Cristo recordó a los gigantes: Agustín, Tomás, Teresa, Newman. Todos ellos estudiaron, sí, pero arrodillados. Solo quien vive el Evangelio —advirtió— puede discernir con verdad.
LUZ PARA UN MUNDO QUE SE DESBORDA
León XIV terminó con una frase contundente: “La teología es la ciencia que difunde la luz perenne de Cristo en la historia que cambia”.
Un llamado ardiente. Una advertencia urgente. Y un desafío que suena como trompeta: discernir o perecer en la confusión del mundo moderno.





