El Vaticano Rompe el Silencio: El Caso Rupnik Sacude los Cimientos del Arte y la Fe
- Canal Vida
- 13 oct
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El Vaticano rompe el silencio: un tribunal independiente, con mujeres y clérigos externos a la Curia, juzgará al exjesuita Marko Ivan Rupnik. Acusado de abusos contra religiosas, el artista sagrado más famoso del mundo enfrenta el proceso más delicado en décadas.
El Vaticano dio un paso sin precedentes en uno de los casos más polémicos de los últimos años: el del exjesuita y artista Marko Ivan Rupnik, acusado de abusos psicológicos, espirituales y sexuales contra varias mujeres consagradas. La Santa Sede anunció oficialmente la conformación del tribunal que lo juzgará —y esta vez—, por primera vez, integrado por mujeres y clérigos ajenos a la Curia Romana, buscando garantizar independencia total.
La decisión lleva la firma de León XIV, quien levantó la prescripción del caso para que la verdad pueda finalmente salir a la luz. Una medida excepcional que deja claro el mensaje del Pontífice: “En la Iglesia, nadie está por encima del Evangelio”.
El comunicado del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, emitido el 9 de octubre, confirma que el proceso contra Rupnik —célebre por sus mosaicos en Lourdes, el Vaticano y la catedral de La Almudena de Madrid— está oficialmente en marcha. Se trata del artista que durante décadas fue admirado por su talento y espiritualidad, pero que hoy enfrenta acusaciones de haber usado precisamente esa posición para manipular y abusar.
Las víctimas, en su mayoría exmonjas, habían denunciado hace años haber sido ignoradas y silenciadas. Hoy, el Papa pide escuchar “con compasión a quienes sufren” y promete justicia.
El caso Rupnik pone a la Iglesia frente a un espejo incómodo: el del poder espiritual corrompido y la fe utilizada como arma. Pero también marca una nueva etapa, donde la verdad —por dolorosa que sea— se convierte en el único camino posible hacia la redención.
“La justicia no borra el escándalo, pero puede devolver la esperanza”, dijo una de las víctimas. El mundo observa. Y el silencio ya no tiene lugar en Roma.
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