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El Santo que Venció a los Beatles

  • Foto del escritor: Canal Vida
    Canal Vida
  • 3 abr
  • 5 Min. de lectura
Lo echaron por desafiar al rey, caminó descalzo por penitencia y murió mientras celebraba misa. Pero su oración terminó escuchándose en radios y cantándose en estadios de fútbol. San Ricardo de Chichester, el obispo inglés que conquistó los altares... ¡y las listas musicales!
San Ricardo
San Ricardo, 700 años después de su muerte, superó a una de las bandas emblemáticas del rock mundial.

Corría 1970 cuando el compositor Stephen Schwartz adaptó una antigua plegaria medieval al ritmo de las nuevas generaciones, para el musical del dramaturgo John-Michael Tebelak, “Godspell”, basada principalmente en el Evangelio de san Mateo.


El tema “Day by Day”, inspirado en una oración de san Ricardo de Chichester, irrumpió en 1972 en los rankings del Reino Unido y Estados Unidos con una fuerza inesperada. En poco tiempo, el canto humilde de un obispo del siglo XIII se transformaba en un fenómeno de masas.

Pedro Kriskovich

La canción alcanzó el puesto 13º en el Billboard Hot 100, superando en varias semanas de emisión a temas de íconos como The Beatles (que ese año relanzaban su material en compilados como Hey Jude) y otros gigantes como The Rolling Stones.

 

En una época marcada por la música contestataria, una oración sencilla escrita en el siglo XIII —"Día a día, oh querido Señor, tres cosas te pido: verte con más claridad, amarte con más ternura, seguirte con más fidelidad"— se transformó en un himno espiritual que conmovió a creyentes y no creyentes. No solo se cantaba en iglesias, también sonaba en radios, estadios y teatros. Un milagro cultural que probó que el Evangelio, cuando toca el alma, también puede escalar rankings.

 

Pero detrás de esa oración se escondía una historia de coraje, fe y fidelidad radical al Evangelio.


Catedral
La catedral de Chichester se convirtió durante mucho tiempo en un lugar de peregrinación para visitar la tumba de san Ricardo.
Un santo con alma de fuego

San Ricardo nació cerca de Droitwich, Inglaterra, alrededor del 1197. Desde joven vivió la dureza de la pobreza, perdiendo a sus padres y renunciando a una vida de privilegios para abrazar el estudio y la fe. Educado en Oxford, París y Bolonia, fue un académico brillante que rechazó la comodidad para abrazar el servicio a Dios.

 

Su gran salto espiritual ocurrió cuando fue nombrado obispo de Chichester en 1244 por Inocencio IV. Sin embargo, el rey Enrique III lo detestaba y bloqueó su nombramiento, confiscándole tierras, bienes y acceso a su sede episcopal.

Casa Betania

¿Qué hizo Ricardo? No se rindió. Vivió en casas prestadas, recorría la diócesis a pie, dormía en suelos duros y ayunaba con pan y agua. Predicaba la justicia, la castidad del clero y la defensa del pueblo ante el abuso del poder. Y la gente… lo seguía.


película
El musical llegó a la pantalla grande en 1973.
Echado por el rey, abrazado por el pueblo

Durante años, Ricardo fue el “obispo sin catedral”, pero su fidelidad inquebrantable logró lo imposible: el pueblo se rebeló ante el capricho del monarca.

 

Su ejemplo y su oración sencilla, pero profunda lo convirtieron en una figura querida en toda Inglaterra. A pesar del exilio, nunca dejó de amar, servir y rezar. Su vida fue una respuesta constante al odio con misericordia, y al poder con humildad.


catedral
Interior de una de las naves de la catedral que está celebrando 950 años de su construcción.
Una penitencia que hablaba más que mil sermones

San Ricardo no solo predicaba con palabras: lo hacía con el cuerpo. En una de sus prácticas más impactantes, caminaba descalzo durante kilómetros por los caminos embarrados de su diócesis como acto de penitencia y solidaridad con los más humildes.


Lo hacía incluso en invierno, bajo la lluvia o el frío. Cada paso era una súplica silenciosa por su pueblo, una oración encarnada que mostraba su humildad radical y su total entrega a Cristo.


Murió en 1253, mientras celebraba misa, como si su alma se entregara directamente en el altar. Fue canonizado en 1262, apenas nueve años después. Su tumba en la catedral de Chichester se convirtió en un lugar de peregrinación hasta la Reforma anglicana.

GIN
La plegaria que conmovió al mundo

“Señor Jesucristo, haz que te conozca con claridad, te ame con mayor profundidad y te siga con más fidelidad, día a día.”

 

Esta oración –traducida y adaptada– se volvió el estribillo de Day by Day, la canción central del musical Godspell. Su simpleza encantó a creyentes y no creyentes. En un mundo saturado de discursos vacíos, las palabras del santo inglés sonaban como un susurro eterno, capaz de atravesar siglos y tocar el corazón.

 


Oración
La plegaria que se convirtió en hit: oración de san Ricardo de Chichester.
Patrón de una fe vivida

San Ricardo es el patrono de la diócesis de Chichester y de los entrenadores, agricultores y viajeros. Su memoria litúrgica se celebra el 3 de abril. En Inglaterra y Gales se lo venera como ejemplo de firmeza pastoral y fidelidad a la verdad, incluso cuando eso significa desafiar al poder político.

Mariano Mercado
El legado que inspira hoy

Ricardo fue más que un místico. Fue un reformador pastoral. En su tiempo como obispo impulsó una renovación profunda en la vida sacerdotal, exigiendo ejemplaridad y una predicación auténtica del Evangelio. Denunció públicamente la venta de indulgencias y el lucro con los sacramentos, lo cual le trajo la enemistad de sectores corruptos dentro del clero y la nobleza.


Hoy, su figura renace como modelo para una Iglesia que busca volver a las raíces: cercanía con los pobres, sencillez en el anuncio, autenticidad en el testimonio. Su oración, elevada en medio del barro de la injusticia y la persecución, es un espejo para quienes hoy luchan por vivir la fe con coherencia.


Catedral
La catedral de Chichester es un lugar privilegiado para escuchar música clásica.
La fe hecha música… y cultura

El salto de su oración a una canción pop no es un simple accidente. Day by Day se convirtió en un himno espiritual para jóvenes y adultos en la década de 1970, cuando el mundo clamaba por sentido.

 

La música se convirtió en vehículo para transmitir una fe vibrante, encarnada, profundamente humana. Y Ricardo, siglos después de su muerte, volvía a hablarle al corazón del mundo moderno.

 

Hoy, con cada 3 de abril, su memoria revive no solo en las parroquias de Inglaterra, sino también en el pentagrama de quienes descubren que la santidad puede sonar, cantarse y bailarse, si brota del alma.

 

San Ricardo no solo vivió por Cristo. Vivió con la radicalidad de quien se sabe amado por Él. Su oración sigue siendo canto, pero también camino.

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