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La Misa que Hizo Temblar Roma

  • Foto del escritor: Canal Vida
    Canal Vida
  • 30 abr
  • 1 Min. de lectura
Desde el corazón de la Iglesia Argentina en Roma, obispos y fieles lloraron, rezaron y proclamaron un mensaje que resuena más allá de la muerte: el legado del Papa Francisco está vivo… en sus llagas.
Papa Francisco
Misa en Roma por el eterno descanso del Papa Francisco.

"Francisco nos mostró las llagas del Resucitado”, proclamó monseñor Marcelo Colombo con la voz quebrada ante el altar. La misa por el eterno descanso del Santo Padre argentino no fue solo una despedida. Fue un testimonio de fuego.


Desde Mendoza, Córdoba y Santiago del Estero viajaron cardenales y obispos. Roma se llenó de pañuelos, lágrimas, silencio y oración. Porque Francisco no murió: fue sembrado como semilla de esperanza.

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En su homilía, Colombo no habló de honores. Habló de heridas. De las que el Papa supo cargar: los pobres, los descartados, los hambrientos, los ignorados. “Las llagas del mundo son las llagas de Cristo”, dijo.


Y en ese templo de Santa Maria Addolorata, en la iglesia Argentina de Roma, la misa se transformó en misión. “No estamos aquí para frases vacías. Estamos para servir la vida. Como él nos enseñó”, concluyó Colombo.


Y con lágrimas en los ojos, todos los presentes rezaron con una sola voz: “Gracias, Francisco. Ahora rezá vos por nosotros”.

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