El Santo que Protege la Navidad: la Devoción Olvidada que se Reza el 17 de Diciembre
- Canal Vida

- hace 23 horas
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La Iglesia recuerda a un santo olvidado que custodia la espera antes de Navidad. No promete milagros rápidos: enseña a confiar cuando todo parece cerrado y a preparar el corazón para la vida verdadera en silencio.

Cada 17 de diciembre, mientras el mundo acelera compras, luces y ruido, la Iglesia recuerda en silencio a un santo clave para comprender el misterio de la Navidad. No es un pastor del pesebre ni un rey mago. Es un hombre que conoció la muerte… y volvió a la vida. Su nombre es san Lázaro de Betania, y su historia encierra una devoción olvidada que protege la esperanza en los días previos a Nochebuena.
El amigo que Jesús amaba
San Lázaro no fue apóstol ni predicador itinerante. Vivía en Betania, junto a sus hermanas Marta y María. Los Evangelios lo describen con una frase única y estremecedora: “Jesús lo amaba”. Esa cercanía lo convierte en una figura excepcional dentro del cristianismo.
Su casa fue refugio de intimidad para Jesús, un espacio de amistad, familia y descanso espiritual. No es casual que la Iglesia lo recuerde en Adviento: Lázaro representa el hogar donde Dios se siente esperado, no recibido con apuro.
El milagro que anticipa la Navidad
Lázaro murió y fue sepultado durante cuatro días. El Evangelio de san Juan narra que Jesús lloró ante su tumba antes de gritar una orden que partió la historia en dos: “¡Lázaro, sal fuera!”. Y el muerto volvió a la vida.
Este milagro no es solo una resurrección física. Es un signo profético: anuncia que Dios no viene a embellecer el mundo, sino a vencer la muerte desde adentro. Por eso, la memoria litúrgica de san Lázaro cae el 17 de diciembre, justo cuando la Iglesia entra en los días más intensos de preparación para la Navidad.

El protector silencioso de la espera
Durante siglos, Lázaro fue invocado como protector del hogar, guardián de las familias y defensor de los enfermos. En la tradición cristiana oriental y occidental, se le reza especialmente en momentos de espera angustiante: enfermedad, duelo, incertidumbre económica o espiritual.
No es el santo del milagro inmediato. Es el santo del tiempo de Dios, ese que incomoda, purifica y fortalece. Por eso su devoción fue quedando en el olvido: no promete soluciones rápidas, sino una fe que resiste.
La oración que se reza antes de Navidad
En antiguos devocionarios europeos y latinoamericanos, el 17 de diciembre se rezaba una súplica sencilla frente al pesebre aún incompleto o una vela encendida: “San Lázaro, amigo del Señor, custodia este hogar en la espera. Enséñanos a creer cuando todo parece cerrado, y a confiar en la voz que llama a la vida”.
No es una oración oficial obligatoria, pero es real, transmitida por generaciones, especialmente en familias que vivían la Navidad desde la fe y no desde el consumo.

Un santo incómodo para el mundo actual
San Lázaro recuerda una verdad que incomoda: no todo se resuelve rápido, no todo se entiende de inmediato. A veces, Dios llega cuando ya no queda esperanza humana. Y eso choca con la lógica moderna.
Por eso su figura desapareció de los altares domésticos, de las catequesis rápidas y de los discursos edulcorados. Lázaro habla de silencio, espera, muerte y resurrección. Exactamente lo contrario al “espíritu navideño” superficial.
El mensaje que protege la Navidad
Invocar a san Lázaro el 17 de diciembre es un acto contracultural. Es decirle a Dios: “No quiero solo luces, quiero vida verdadera”. Es preparar el corazón para un Niño que nace pobre, pequeño y vulnerable.
La Iglesia no lo destaca con estruendo. Lo deja ahí, en el calendario, como una llave escondida para quien quiera abrir una Navidad distinta.
Porque antes del pesebre…hubo una tumba abierta. Y antes de los cantos…hubo silencio.
Y en ese silencio, san Lázaro sigue protegiendo la Navidad.
El Santo que Protege la Navidad: la Devoción Olvidada que se Reza el 17 de Diciembre
El Santo que Protege la Navidad: la Devoción Olvidada que se Reza el 17 de Diciembre









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