El Papa que se Atrevió a Llamar a Putin
- Canal Vida
- hace 2 días
- 3 Min. de lectura
León XIV llamó personalmente a Vladimir Putin. Le pidió un gesto de paz. Habló de Dios, de los prisioneros, de las bombas y del alma humana. Fue la llamada más audaz del siglo. Y el mundo entero lo está mirando.
Mientras el mundo se consume en conflictos, amenazas nucleares y diplomacia estancada, una voz inesperada cruzó las líneas de tensión: León XIV. No fue una declaración pública. No fue una conferencia de prensa. Fue una llamada directa al corazón del Kremlin: una conversación personal con Vladimir Putin, el hombre que concentra el poder militar más temido del mundo.
EL PAPA QUE NO TIENE MIEDO
Según confirmó el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, la llamada se produjo con un solo objetivo: la paz. El Santo Padre instó al presidente ruso a realizar un "gesto concreto" que pueda abrir las puertas a una salida diplomática al conflicto en Ucrania. "El Papa subrayó la importancia del diálogo como herramienta para construir puentes entre las partes", afirmó el vocero.
Pero lo que no se dijo en los comunicados oficiales lo dijeron los gestos: León XIV le habló como pastor y como hermano. Le pidió a Putin que dé una señal al mundo de que todavía hay humanidad bajo la armadura del poder.
ZUPPI, LA CLAVE HUMANA DETRÁS DE LA ESTRATEGIA
Durante la conversación, se destacó el trabajo del cardenal Matteo Zuppi, enviado del Vaticano para la misión de paz en Ucrania. Su labor silenciosa, en favor del intercambio de prisioneros y la asistencia humanitaria, fue calificada por ambas partes como "valiosa".
La mención de Zuppi no es casual: su figura encarna el estilo diplomático del Papa León XIV. Una diplomacia sin intereses, sin amenazas, sin estrategias políticas. Una diplomacia del alma, centrada en la dignidad de cada persona.
EL MENSAJE AL PATRIARCA KIRILL
En un gesto que no pasó desapercibido, el Papa también envió un mensaje al patriarca Kirill de Moscú, líder de la Iglesia Ortodoxa Rusa. Le agradeció los deseos enviados al inicio de su pontificado y subrayó que "los valores cristianos comunes pueden ser una luz en la búsqueda de la paz".
Es un gesto arriesgado, pero necesario. Porque el conflicto no es solo geopolítico, sino espiritual. León XIV lo sabe. Y está dispuesto a tender puentes, incluso con aquellos que lo consideran un adversario ideológico.
PRESIDENTE RUSO AGRADECIDO
Putin no se mostró indiferente. Agradeció la llamada, reconoció el valor de la intervención del Vaticano y expresó su deseo de seguir fortaleciendo los vínculos con la Santa Sede. Incluso recordó con gratitud los gestos del papa Francisco, destacando la continuidad espiritual entre ambos pontífices.
El Kremlin también dejó trascender que Putin informó al Papa sobre los recientes intercambios de prisioneros y cuerpos de fallecidos, y destacó la importancia de las negociaciones directas en Estambul. ¿Es un giro? ¿Una estrategia? Nadie lo sabe. Pero fue una conversación que no pudo ser ignorada.
EL VATICANO, UN FARO ENTRE LAS TINIEBLAS
Pese a los rechazos anteriores de Moscú a las propuestas de mediación desde Roma, hoy el teléfono sonó. Y del otro lado había un Papa que no quiere titulares, sino paz. En un mundo intoxicado de cinismo, León XIV sigue creyendo en el poder del contacto humano, del perdón y de la palabra dicha con mansedumbre.
El cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, lo sintetizó con claridad: "No hay confianza mutua. Y sin confianza, no hay paz". Por eso, León XIV no solo habló a Putin. Le habló al mundo. Y pidió: recen.
UN GESTO, UNA ESPERANZA
A veces, basta una llamada para cambiar el rumbo de la historia. El Papa León XIV no habló en nombre de una potencia, sino en nombre de millones de fieles que rezan, sufren y esperan. En nombre de los que ya no tienen voz. En nombre del Evangelio.
Hoy, el mundo entero supo que un pastor se atrevió a hablar con el líder más temido del planeta. Y le pidió un milagro: paz. Porque aunque parezca imposible, aún queda una voz que se alza con firmeza, pero sin odio. Una voz que no viene del poder, sino de Dios.
Comments