El Papa a los Ermitaños: “En un Mundo Ruidoso, Sean el Silencio que Habla con Dios”
- Canal Vida
- 11 oct
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En medio del ruido del mundo moderno, León XIV llamó a los ermitaños a rezar por toda la humanidad y mantener viva la llama de la fe en un mundo sin paz.
En una de las audiencias más profundas del Jubileo de la Vida Consagrada, León XIV se dirigió a un grupo de ermitaños italianos que eligen vivir lejos del bullicio para dedicarse por completo a la oración, contemplación y silencio. Su mensaje fue claro: “En un mundo alienado y esclavo de la tecnología, necesitamos testigos de la oración”.
Los ermitaños, explicó el Pontífice, no son fugitivos del mundo, sino centinelas del alma. En sus celdas silenciosas y montañas solitarias, sostienen invisiblemente a la Iglesia con su plegaria constante. “Su soledad no los separa de los demás —dijo León XIV—, los une en una solidaridad más profunda. Son oasis donde el Espíritu Santo respira”.
El Papa describió su vocación como una llama interior que nunca se apaga, capaz de regenerar el corazón de un mundo cansado de ruido y vacío espiritual. “El Padre sigue llamando a hombres y mujeres que busquen su rostro en el secreto del corazón”, afirmó. “Ustedes son custodios de ese fuego que arde en el alma humana y que el mundo ha olvidado”, señaló.
Con una mirada paternal y una voz firme, León XIV los exhortó a “mantener las manos levantadas por la humanidad”, intercediendo en silencio por los pobres, los perseguidos y los desesperados. “La soledad orante —dijo— genera comunión, y la comunión auténtica es el milagro que puede transformar al mundo”.
En tiempos donde la prisa mata la fe y el ruido ahoga la esperanza, el Papa recordó a todos los fieles que los ermitaños no se esconden del mundo: lo salvan desde el silencio.
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