top of page

De Perú al Vaticano: así eran las habitaciones del Papa León XIV… y la de Francisco

  • Foto del escritor: Canal Vida
    Canal Vida
  • hace 3 días
  • 2 Min. de lectura
Una cama, un ropero, un escritorio… y el murmullo del agua como música para el alma. La austera vida de Robert Prevost en Perú anticipaba el tipo de Papa que sería. Y su habitación lo gritaba en silencio.
León XIV
León XIV, al lado de la gente.

No tenía mármol, ni cortinas pesadas, ni mayordomos. La habitación donde Robert Prevost —hoy León XIV— descansaba durante sus años de misión en Trujillo, Perú, era tan sencilla como una choza de Nazaret.


Una cama de una plaza, un viejo ropero de madera, una mesa de noche y un escritorio pelado eran todo el mobiliario. Pero ese lugar humilde fue el taller donde el Espíritu Santo forjó el corazón de un pontífice.


El padre Ramiro Castillo lo dijo claro: “Aquí pasó su vida. Es un lugar privilegiado”. Allí, además, pidió que se construyera una pequeña fuente para escuchar el fluir del agua desde su cuarto. La naturaleza, para él, era parte de su oración.


León XIV
Habitación sencilla, vintage, donde vivió León XIV en Perú. Hoy con un retrato suyo.
FRANCISCO: OTRO ESTILO, MISMA ALMA

Jorge Bergoglio no eligió los apartamentos pontificios cuando fue electo en 2013. Se instaló en la Casa Santa Marta, en el modesto departamento 201. Una cama común, una cruz de madera sobre la cabecera, una lámpara sencilla y un pequeño sillón. Ni oro, ni mármol, ni murales.


Papa Francisco
En este sencillo lugar descansaba el Papa Francisco.

“Por motivos psiquiátricos no podía quedarme en el palacio”, bromeó alguna vez el Papa argentino, para explicar su rechazo a los lujos. En Santa Marta recibía a expresos, a amigos del barrio, a líderes mundiales… y se preparaba su mate.

Pedro Kriskovich
DOS CUARTOS, UNA MISMA CRUZ

Lo que une a Francisco con León XIV no es solo una cruz pectoral o un sillón en la logia de San Pedro. Es una manera de vivir el poder: con los pies en la tierra, la puerta abierta y la cama sencilla.


León XIV no imita a Francisco: comparte su alma. Sus habitaciones, en distintos puntos del mundo, fueron altares silenciosos donde se gestaron dos pontificados que le dijeron no al boato.


Mientras el mundo mira los frescos del Vaticano, el nuevo Papa vuelve a recordarnos que lo esencial no está en el mármol… sino en el corazón del pastor.

Comentarios


bottom of page