Ataque a la Iglesia en Gaza: ¿Una Falla Técnica o una Verdad Manipulada?
- Canal Vida
- 24 jul
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Tras el ataque que dejó tres muertos en la parroquia de Gaza, el informe oficial exime a todos de culpa. ¿Falla técnica o encubrimiento? Una iglesia destruida, familias rotas y una verdad que nadie quiere contar.
El mundo esperaba justicia, pero recibió un comunicado. El pasado jueves, un disparo mortal sacudió la parroquia de la Sagrada Familia en Gaza. Tres muertos. Diez heridos. El templo, símbolo de paz en medio del infierno, quedó marcado por fuego y sangre. La promesa de una investigación “rápida y confiable” por parte del ejército israelí generó expectativa… hasta que llegó el resultado: nadie es culpable.
Según las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), el proyectil que destruyó parte de la parroquia y segó vidas inocentes no fue disparado por error humano, ni siquiera por negligencia. Fue —afirman— una falla técnica. Un defecto en el arma. Un fallo en el sistema. Un “accidente” sin rostro, sin nombre y sin consecuencias.
¿Y las víctimas? ¿Y los cristianos de Gaza? ¿Y la comunidad internacional que esperaba respuestas claras? Las explicaciones, lejos de brindar consuelo, despiertan aún más sospechas. ¿Puede una maquinaria de guerra, que presume de precisión milimétrica, errar de manera tan conveniente cerca de un lugar sagrado?
SE BURLAN DE LAS VÍCTIMAS
Lo más inquietante: no habrá sanciones. Nadie será juzgado. Nadie será removido de su puesto. Ninguna familia recibirá el nombre del responsable. Solo se reforzarán, según las FDI, los “protocolos de disparo en zonas sensibles”. ¿Y eso alcanza cuando se disparó contra una iglesia repleta de civiles?
Este no es un caso aislado. La memoria reciente nos recuerda el asesinato de la periodista cristiana Shireen Abu Akleh, acribillada en 2022. O la madre y su hija, Nahida y Samar Kamal Anton, asesinadas dentro del cementerio parroquial en 2023. Ninguno de esos casos tuvo responsables. La impunidad parece haberse institucionalizado.
¿PERSECUCIÓN A CATÓLICOS?
Pero la indignación no termina en Gaza. A más de 50 kilómetros de allí, en la aldea cristiana de Taibeh, otro escándalo se gesta. En las últimas semanas, la comunidad vivió amenazas y violencia por parte de colonos israelíes. El incendio cerca de la iglesia de San Jorge encendió las alarmas. Testigos, clérigos y vecinos denunciaron a viva voz a los agresores. Sin embargo, la policía israelí absolvió a los colonos. No solo “no fueron responsables”, sino que —según el informe— “ayudaron a apagar el fuego”.
¿Estamos ante una limpieza simbólica de pruebas? ¿Una estrategia de relaciones públicas? Porque el informe no aclara quién inició el fuego. Solo despeja el camino a los sospechosos.
En medio de la tensión y la violencia, los cristianos de Tierra Santa sienten que su fe es bombardeada, y su historia, silenciada. Gaza sangra. Taibeh resiste. El Vaticano guarda silencio diplomático.
Pero la pregunta queda flotando:¿Cuántas iglesias más deben arder para que la verdad salga a la luz?
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