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Un mes sin Francisco: El Papa que partió… pero no se fue

  • Foto del escritor: Canal Vida
    Canal Vida
  • 21 may
  • 1 Min. de lectura
Hace un mes moría Jorge Bergoglio, dejando un vacío inmenso… pero también una huella imborrable. Su voz aún resuena, su testimonio incomoda y su ejemplo sigue iluminando a una Iglesia que aprendió a caminar con los últimos.
Francisco
Un mes sin Francisco —físicamente—, pero más presente que nunca.

Pasó un mes. Treinta días. Setecientas veinte horas sin la voz pausada, sin los gestos de ternura, sin la mirada de un hombre que cambió la historia reciente de la Iglesia con un gesto: caminar entre los descartados.


El 21 de abril, Francisco cerró los ojos para siempre… al menos aquí. Su partida fue rápida, inesperada, pero no silenciosa. Se fue dejando un eco que aún retumba en los muros del Vaticano, en las villas miserias, en las fronteras, en las cárceles, en los hospitales, en cada rincón donde alguien se sintió por primera vez visto.

santeria

Un mes después, el mundo aún lo nombra. No pasa un día sin que una homilía, un gesto, un recuerdo o una lágrima lo traiga de regreso. Las redes sociales lo "canonizaron" con imágenes, frases y canciones. Pero no es solo nostalgia: es necesidad. Francisco no fue solo un Papa. Fue el pastor que desobedeció el protocolo para obedecer al Evangelio.


Su sucesor, León XIV, lo honra a cada paso. Pero la sombra luminosa de Francisco sigue marcando el rumbo.


Un mes sin Francisco. Pero su olor a oveja todavía perfuma la Iglesia. Su voz sigue abriendo heridas… y también sanándolas. Porque hay ausencias que no son silencio: son grito. Y este grito aún no termina.

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