“No Tengo Palabras Para Expresar lo Mucho que Jesús y María Influyen en Mi Vida”
- Canal Vida
- 6 jun
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En plena Copa del Mundo, un paraguayo con los brazos en cruz desafió la indiferencia global con una plegaria. Víctor “Topo” Cáceres llevó su rosario al campo y a Cristo en el corazón. Esta es su historia de fe.

En medio del fragor del Mundial de Sudáfrica 2010, cuando Paraguay enfrentaba a la poderosa Italia bajo una lluvia torrencial, una imagen capturó el corazón de millones: un jugador de rodillas, con los brazos en cruz y la mirada al cielo. No era una pose, ni un festejo. Era oración, entrega, fe. Era Víctor "Topo" Cáceres, y lo que hizo en aquella tarde helada de Ciudad del Cabo no fue solo jugar al fútbol: fue confesar su fe delante del mundo.
Un año después, en 2011, el periodista Pedro Kriskovich lo entrevistó en la tranquilidad de su casa. La nota, rescatada hoy por Canal Vida, se suma a nuestro especial sobre "La Fe Guaraní", donde analizamos el papel de la devoción mariana y la espiritualidad cristiana en la identidad paraguaya. Y el testimonio del "Topo" es prueba viva de que los valores no se dejan en el vestuario.
EL HIJO DE LA VIRGEN DE CAACUPÉ
"Siempre llevo la imagen de la Virgen a todos los partidos", dice sin dudar. La fe no es para él un amuleto, ni una costumbre heredada. Es una convicción profunda, cultivada desde la infancia por sus padres, Higinio Alfredo y Lucía. "Desde muy chico, todos los domingos nos íbamos a misa", recuerda. Y agrega: "Me inculcaron que Dios está siempre primero".

No es casualidad que Cáceres haya llevado consigo una imagen de la Virgen de Caacupé al Mundial. Su devoción no es de ocasión. Encomendarse a Ella, rezar el Rosario, participar de la Eucaristía: todo esto forma parte de su rutina, incluso en concentraciones y entrenamientos. Y no está solo: "Con mis compañeros siempre rezamos antes de los partidos, pedimos por nosotros y por los rivales, para que nadie se lesione".

La fe en el campo de juego
Víctor Javier Cáceres nació el 25 de marzo de 1985. Jugó en Atlántida y luego en Libertad, donde debutó en primera en 2006, entre otros clubes. Fue internacional con Paraguay desde 2007, y en 2010 fue pieza clave del mediocampo albirrojo.

Su despliegue físico, su compromiso táctico y su entrega lo convirtieron en uno de los pilares silenciosos de aquel equipo que hizo historia.
Pero para él, lo más importante no pasaba por las estadísticas. "Antes de cada partido me encomiendo a Dios con un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria", confiesa. Y en la entrevista, con el rosario de su mamá al cuello, dice emocionado: "Le tengo que agradecer todo a Él".
LA FE COMO ESCUDO ANTE LA ARROGANCIA
Durante el Mundial de Sudáfrica, algunos medios de Brasil y España hicieron comentarios xenófobos contra Paraguay. Tras el partido de cuartos frente a España, un portal tituló: "Arrogancia 1 - Excelencia 0". Consultado sobre esto, el Topo no responde con rencor, sino con claridad cristiana: "Es triste. Pero que de ahora en más esto se trate de evitar. Provocan violencia. Y todos queremos paz".

Esa es su forma de responder: no con insultos, sino con principios. Porque la fe, para él, no es algo que se diga: es algo que se vive. Lo vive con su esposa Marta Jazmín, con quien reza y va a misa. Lo vive con su pequeño hijo, Víctor Manuel. Lo vive con su familia numerosa, de hermanos con nombres de santos.

UN MENSAJE QUE TRASPASA LA CANCHA
"No tengo palabras para expresar lo que Jesús y María influyen en mi vida", dice casi al final. Y su voz, recogida por Kriskovich —aquella tarde de 2011—, se vuelve eco para toda una generación. El mensaje es claro: "Que crean en Dios, que recen mucho, no solo por ellos, sino por todo el país".
El "Topo" Cáceres no solo marcó una era en el fútbol paraguayo. Marcó una huella espiritual. En una época donde muchos ocultan su fe por miedo al ridículo, él la llevó al mayor escenario del planeta. Y lo hizo con valentía. Con coherencia. Con amor.
Porque el rosario en su pecho habló más fuerte que cualquier gol. Y porque hay testigos que no necesitan micrófono. Solo necesitan fe.
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