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Los Santos De Una Nueva Generación: Ya Hay Fecha Para La Canonización De Carlo Acutis Y Pier Giorgio Frassati

  • Foto del escritor: Canal Vida
    Canal Vida
  • 13 jun
  • 4 Min. de lectura
No podrían ser más distintos… y sin embargo, llegarán juntos a los altares. La canonización de Acutis y Frassati no es solo una noticia: es un mensaje del cielo. Dos vidas jóvenes que gritan que la santidad es posible hoy.
Carlo Acutis,Pier Giorgio Frassati
Dos jóvenes, dos caminos, una misma llama: Carlo Acutis y Pier Giorgio Frassati, santos del siglo XXI.

La espera terminó. La Iglesia tiene fecha para inscribir oficialmente en el libro de los santos a dos jóvenes que marcaron una generación con sus vidas breves pero incendiadas por el Evangelio.


El Papa León XIV anunció en su primer Consistorio Ordinario Público que Carlo Acutis y Pier Giorgio Frassati serán canonizados el 7 de septiembre. Una fecha simbólica y poderosa que unirá en el altar a dos testigos de Cristo de distintos siglos, unidos por la pureza, la acción y el ardor juvenil.







SANTOS DEL SIGLO XXI

Tras el fallecimiento del Papa Francisco en abril de este año, las fechas originales de canonización fueron suspendidas. Pero hoy, con la fuerza de una Iglesia que vuelve a encenderse, León XIV retoma el testigo y fija una fecha que quedará en la historia: el domingo 7 de septiembre. Y no estarán solos: otros siete beatos serán canonizados el 19 de octubre, entre ellos el querido José Gregorio Hernández, el médico de los pobres, el converso Bartolo Longo, apóstol del Rosario, y la italiana María Troncatti que entregó su vida a los pueblo originarios de Ecuador.


Pero la noticia que estremece al mundo católico es que Carlo Acutis, el adolescente del siglo XXI que amaba la Eucaristía y diseñó una web sobre milagros eucarísticos, será santo junto a Pier Giorgio Frassati, el universitario turinés que subió montañas con el Rosario en el bolsillo y bajó a las villas para ayudar a los pobres. Un apóstol digital y un gigante de la acción social. Ambos santos, jóvenes y contemporáneos del corazón humano.

Pedro Kriskovich
CARLO ACUTIS: EL CIBERAPÓSTOL DE LA EUCARISTÍA

Nació en Londres en 1991 pero creció en Milán. Desde chico mostró una sensibilidad espiritual fuera de lo común. Asistía a misa diaria, rezaba el Rosario, ayunaba por los pobres, y decía con convicción: “La Eucaristía es mi autopista al Cielo”.


Carlo Acutis
Carlo Acutis en el campo, con la sonrisa libre de quien sabe que Dios está en lo simple. Su vida entera fue un paisaje de luz.

Cabe indicar que fue un genio de la informática que decidió poner su talento al servicio de Dios: diseñó una exposición internacional sobre milagros eucarísticos que recorrió el mundo y sigue vigente (https://www.miracolieucaristici.org/).


Carlos Acutis
El rostro de Carlo Acutis tatuado en la piel. Más que devoción: un compromiso eterno con su ejemplo radical de fe joven y sin dobleces.

Con solo 15 años, enfrentó una leucemia fulminante. Ofreció su vida por el Papa y la Iglesia. Murió el 12 de octubre de 2006. Fue beatificado en Asís en 2020 tras un milagro en Brasil. En 2023, una joven costarricense sobrevivió a un gravísimo accidente cerebral gracias a su intercesión. Este segundo milagro abrió las puertas definitivas a su canonización.


Carlos Acutis
Una joven reza ante el cuerpo de Carlo Acutis en Asís. Él ya no está… pero su vida aún despierta conversiones en silencio.

Enamorado de la Virgen, promotor de la caridad, catequista, mártir del amor. Su tumba en Asís es hoy lugar de peregrinación para miles de jóvenes. Carlo demuestra que la santidad no es para perfectos, sino para apasionados.

casa betania
PIER GIORGIO FRASSATI: EL SANTO DE LA CIMA Y DE LOS POBRES

Nació en Turín en 1901, en una familia burguesa e intelectual. Su padre fundó el diario La Stampa, pero Pier Giorgio Frassati prefirió los barrios pobres al salón familiar. Estudió ingeniería para trabajar con mineros, y pasó sus días entre la acción social y la oración.


Pier Giorgio Frassati
Pier Giorgio Frassati: fe, elegancia y compromiso social. Un laico que, entre libros y pobres, caminó hacia la santidad con una sonrisa discreta y un alma ardiente.

Miembro de la Acción Católica, la Federación Católica Italiana de Estudiantes Universitarios (FUCI —sigla en italiano—) y las Conferencias de San Vicente, era conocido por ayudar a los desalojados a mover sus pertenencias, por donar su ropa a los pobres, y por recorrer las calles de Turín con el Rosario en la mano.


Pier Giorgio Frassati
Santidad en zapatillas. Frassati, entre amigos y flores, nos muestra que el Evangelio también se vive en los caminos y entre risas.

Rezaba diariamente, comulgaba a diario y frecuentaba la adoración eucarística. Era un apasionado de la montaña, la música y el arte.


Pier Giorgio Frassati
Una reliquia sobre roca: símbolo perfecto del legado de Frassati. Firme como piedra, vivo como la gracia que transmite.

Falleció en 1925 a los 24 años, de polio fulminante contraída ayudando a un enfermo. Su funeral, lleno de pobres a los que había ayudado en secreto, conmovió a Italia. San Juan Pablo II lo beatificó en 1990 y lo llamó "el hombre de las Bienaventuranzas".


Frassati
 Un muchacho de mirada intensa. No era seminarista, ni fraile. Solo un laico enamorado de Cristo, con hambre de justicia y sed de Eucaristía.

DOS CAMINOS, UNA MISMA META

Uno vivía entre montes y tranvías, el otro entre pantallas y Eucaristía. Uno caminaba por Turín, el otro navegaba en la red. Pero ambos llevaban fuego en el corazón. Ambos vivieron con radicalidad, con alegría, con hambre de cielo.


La decisión de canonizarlos juntos no es casual: es un mensaje a la juventud, una señal para el mundo: la santidad es posible, incluso hoy, incluso joven. La vida misma, cuando está encendida por Cristo, se convierte en milagro.

GIN
EN TIEMPOS DE TIBIEZA, DOS LLAMAS ENCENDIDAS

El mundo necesita modelos. Pero necesita, sobre todo, testigos. Pier Giorgio y Carlo no fueron estrellas mediáticas, ni profetas ruidosos. Fueron silenciosos, humildes, coherentes. Amaron a Dios en lo cotidiano. Vivieron como si el Cielo estuviera cerca... porque lo estaba.

Ellos no buscaron fama. Buscaron a Cristo. Y lo encontraron. Ahora, la Iglesia los reconoce como santos, pero el pueblo de Dios ya los había reconocido como amigos.


Hoy, sus nombres se suman a la historia de la santidad. Pero más que nombres... son caminos. Caminos para esta generación sedienta de verdad, de belleza, de eternidad.

Y vos, ¿ya elegiste tu camino?



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