top of page

Los 6 Errores Invisibles que Arruinan tu Misa… y Que Nadie se Anima a Decirte

  • Foto del escritor: Canal Vida
    Canal Vida
  • hace 19 minutos
  • 3 Min. de lectura
Muchos creen que asisten bien a Misa… hasta que descubren los errores silenciosos que afectan su relación con Dios. Seis fallas comunes, casi invisibles, que revelan cuánto valor le damos realmente al sacrificio más sagrado del mundo.
Santa Misa León XIV
Muchos fieles no lo saben, pero cometen errores en las celebraciones de la Santa misa.

La Misa es el momento más sagrado de la semana. Es el instante en que el cielo baja a la tierra y Dios mismo se entrega en manos humanas. Sin embargo —y aunque cueste admitirlo— muchos católicos cometen errores silenciosos que pueden convertir ese encuentro celestial en una rutina distraída, fría o incluso irrespetuosa… sin darse cuenta.


Los Heraldos del Evangelio lo advirtieron con claridad: “La liturgia no es una invención humana. Es una herencia viva”. Y cuando no la tratamos como tal, algo en nuestra alma empieza a apagarse.


Hoy te contamos los 6 errores más comunes que quizá estés cometiendo, y cómo corregirlos antes de que sigan afectando tu relación con Dios.

casa betania
CONFUSIÓN DESPUÉS DEL OFERTORIO: ¿SENSARSE, PARARSE... O ADIVINAR?

Sucede todos los domingos: un mar de fieles que se mira entre sí, esperando quién será el valiente que se levante primero.


Pero no debe haber duda, cuando el sacerdote dice: “Orad, hermanos…”, es el momento exacto de ponerse de pie.


Es como si Dios te dijera: “Levántate, estoy por obrar”. Ese gesto marca el inicio de la entrega, y la entrega merece reverencia, no confusión.



USURPAR LA VOZ DEL SACERDOTE EN LA ORACIÓN MÁS SOLEMNE

Hay quienes, en un acto de entusiasmo mal entendido, pronuncian junto al sacerdote: “Por Cristo, con Él y en Él…”.


Grave error. Ese es el momento más alto y sagrado de la liturgia eucarística, y solo el celebrante debe decirlo. Ni siquiera los concelebrantes lo recitan.


El fiel debe hacer lo más difícil de la vida espiritual: guardar silencio.



DECIR “AMÉN” DONDE NO CORRESPONDE... ESPECIALMENTE EN EL PADRENUESTRO

Muchos lo hacen por costumbre: Terminan el Padrenuestro diciendo: “Amén”. Pero en Misa… no se dice. ¿Por qué? Porque la oración no está terminada. El sacerdote continúa con: “Líbranos de todos los males, Señor…”.


Solo después, con fuerza, el pueblo responde: “Tuyo es el Reino…”.


Es un detalle mínimo, sí. Pero los detalles son los que revelan el amor.

pedro kriskovich
REZAR ORACIONES QUE SON EXCLUSIVAS DEL SACERDOTE

La oración de la paz —“Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles…”—no es para los fieles. Es propia, íntima, específica del celebrante.


Decirla por nuestra cuenta rompe la unidad del rito y, sin querer, transforma un acto sagrado en improvisación.



SALIR DE LA IGLESIA POR CUALQUIER MOTIVO: EL ERROR QUE NADIE QUIERE ADMITIR

La pregunta es brutal, pero necesaria: ¿Si estuvieras al pie de la Cruz, viendo a Cristo agonizar… te irías a tomar agua?


Salvo una urgencia real o problema serio de salud, no se sale de Misa. Ese momento es un Calvario vivo, no una reunión social con pausas.


La irreverencia se paga con frialdad espiritual.



LLEGAR TARDE: EL SÍNTOMA QUE REVELA MÁS DE LO QUE CREÉS

Somos puntuales para reuniones, médicos, fiestas, trabajos…¿Y para encontrarnos con el Rey del Universo?


Llegar tarde no es solo una falta práctica: es un termómetro espiritual. Muestra cuánto valor le damos —o no— al sacrificio del altar.


Los Heraldos lo resumen con una frase que golpea fuerte: “El que es fiel en lo poco, también en lo mucho es fiel” (Lc 16,10).


Cuidar estos detalles no es obsesión litúrgica: es amor. Es reconocer que la Misa es el acto más grande del mundo.


Y que cuando lo vivimos con reverencia, Dios abre puertas que ningún ser humano podría abrir.




📖También te puede interesar:




bottom of page