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León XIV y los 7 Décadas del CELAM: “Un signo de colegialidad para tiempos heridos”

  • Foto del escritor: Canal Vida
    Canal Vida
  • hace 1 día
  • 2 Min. de lectura
En el 70º aniversario del CELAM, el Papa llamó a los obispos de América Latina a renovar su misión pastoral en medio de una región herida por la injusticia y el dolor. Desde Río de Janeiro, los pastores celebran una historia viva de fe, comunión y compromiso, con la mirada puesta en el futuro.
León XIV
 Con una sonrisa serena y la mano alzada, el Papa León XIV saluda desde el Vaticano tras enviar su mensaje al CELAM por sus 70 años, reafirmando su compromiso con una Iglesia cercana a los pueblos de América Latina. 

Con palabras cargadas de esperanza y misión, León XIV conmemoró el 70º aniversario del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM), en el marco de la 40ª Asamblea General que se celebra en Río de Janeiro.


En un mensaje dirigido al cardenal Jaime Spengler, presidente del organismo, el Pontífice saludó con afecto a los obispos del continente y definió al CELAM como “un signo de colegialidad al servicio del pueblo fiel de Dios”.

Pedro Kriskovich

Fundado en 1955, el CELAM fue protagonista de los grandes momentos de discernimiento eclesial de América Latina, como las conferencias de Medellín, Puebla, Santo Domingo y Aparecida. Hoy, en tiempos de sinodalidad, su misión se renueva entre desafíos pastorales y una realidad social marcada por la injusticia, la pobreza y el sufrimiento.


“Muchos hombres y mujeres viven en tribulación”, escribió el Papa, animando a los obispos a salir al encuentro de los más golpeados por las crisis, “con la alegría que nace del encuentro personal con Cristo Resucitado”.


Con sede en Bogotá, el CELAM articula el trabajo pastoral de las conferencias episcopales del continente. Hoy, más que nunca, se presenta como espacio de comunión, discernimiento y acción evangelizadora.





En su mensaje final, León XIV confió la misión del CELAM a la Virgen de Guadalupe, madre de América, e impartió su bendición apostólica como “prenda de bienes celestes”.


El CELAM no solo mira atrás con gratitud, sino que camina hacia el futuro con la fuerza de la fe y la voz del Evangelio.




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