top of page

LEÓN XIV: “UNA IGLESIA QUE SE ABRAZA A LOS PECADORES ES LA QUE MÁS SE PARECE A CRISTO”

  • Foto del escritor: Canal Vida
    Canal Vida
  • hace 12 horas
  • 2 Min. de lectura
El Papa lanzó un mensaje que hizo temblar los muros de San Pedro: pidió una Iglesia que no juzgue, sino que abrace. “No somos dueños de la verdad, somos sus peregrinos”. Una homilía que está marcando época.
León XIV
León XIV indicó que la Iglesia debe estar del lado de los necesitados.

En una homilía que estremeció a los fieles reunidos en la basílica de San Pedro, León XIV volvió a sacudir conciencias: “La Iglesia no está hecha para juzgar, sino para lavar los pies de la humanidad”. Su voz resonó en el corazón de un Jubileo que ya se perfila como uno de los más transformadores del pontificado.


El Pontífice, frente a los equipos sinodales y órganos de participación, instó a construir una Iglesia humilde, acogedora y sinodal, una comunidad “que no se alce como el fariseo, sino que se incline como el publicano ante Dios”. Su mensaje fue tan fuerte como claro: “Nadie está llamado a mandar; todos lo estamos a servir”.



“NO SOMOS DUEÑOS DE LA VERDAD, SOMOS SUS PEREGRINOS”

Desde el altar central, León XIV pidió “derribar las lógicas del poder” dentro de la Iglesia y sustituirlas por las “lógicas del amor”. Denunció con tono firme los personalismos y las divisiones que “transforman la comunidad cristiana en un lugar excluyente y crítico”.


Citó a san Clemente de Roma y al Papa Francisco para recordar que “Cristo está con los humildes de corazón” y que caminar juntos es la verdadera vocación de la Iglesia. “No es el orgullo el que salva al mundo, sino la misericordia”, dijo ante los aplausos del templo repleto.

casa betania
“LA IGLESIA DEBE SER UN HOGAR, NO UN TRIBUNAL”

El Papa pidió volver a la esencia: una Iglesia que se incline para sanar, no que se erija para condenar. “Construyamos una Iglesia que escuche a Dios para poder escuchar a todos”, imploró. Y evocando las palabras del siervo de Dios Tonino Bello, rezó para que la Virgen María “apague los fuegos de la discordia” y una a los que hoy se enfrentan dentro del mismo cuerpo eclesial.


“Solo una Iglesia que se abaja puede levantar al mundo”, concluyó León XIV. Fue un llamado profético a despojarse del orgullo y volver al corazón del Evangelio: el amor que se arrodilla para servir.



📖También te puede interesar:



Comentarios


bottom of page