La Iglesia Rompe el Silencio ante el Ajuste Brutal del Gobierno: “No Es un Número, Es un Niño”
- Canal Vida
- hace 2 días
- 4 Min. de lectura
Actualizado: hace 2 días
La Iglesia denunció el ajuste brutal contra las personas con discapacidad y exigió al Gobierno que detenga el abandono. “No son cifras: son vidas”, sentenció. Y acusó al Estado de desinterés, desprecio y lenguaje hiriente.
El silencio fue roto. Y el grito vino del altar. La Conferencia Episcopal Argentina (CEA) alzó la voz este viernes contra lo que llamó con claridad "desinterés y desconocimiento" del Gobierno Nacional en relación a las personas con discapacidad. El comunicado lleva un título que retumba como un martillo sobre el mármol frío del poder: “Las personas con discapacidad no pueden esperar”.
La indiferencia institucional se volvió una forma de violencia silenciosa.
El documento, firmado por los principales obispos del país, denuncia con crudeza la situación de abandono y ajuste feroz que atraviesan miles de niños, jóvenes y adultos con discapacidad, que hoy no saben si mañana podrán ir a rehabilitación, pagar a su acompañante terapéutico o acceder a un medicamento vital.
UNA FRASE QUE INDIGNÓ A TODO UN PAÍS
El estallido eclesial no fue casual. Vino tras la tormenta generada por declaraciones de Diego Spagnuolo, titular de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), quien afirmó, según denunció la familia del niño autista Ian Moche: “Si tuviste un hijo con discapacidad, es problema de la familia, no del Estado”. La frase fue como un baldazo de hielo para quienes todos los días empujan una silla de ruedas cuesta arriba.
El presidente Javier Milei no se quedó atrás. Respondió no con empatía, sino con una ráfaga de tuits atacando a periodistas y tildando a la familia de “operadores”. La situación derivó en una crisis política, social y moral. Y en medio de ese torbellino, la Iglesia dijo: “Basta”.
UN GRITO EVANGÉLICO EN MITAD DEL RUIDO
“Cuando un miembro sufre, todo el cuerpo sufre con él”, cita la Comisión Ejecutiva del Episcopado, recordando a san Pablo. Y luego, con tono firme, dispara: “El cuidado de las personas con discapacidad no puede ser postergado ni subordinado a otras urgencias: es un deber ético, una exigencia de justicia y un acto de humanidad”.
No se trata de ideología. Se trata de dignidad. De humanidad. De rostros concretos. “No son cifras”, advierte el documento, “son personas con historias, sueños y derechos”.
LOS INVISIBLES DEL AJUSTE
En Argentina, el 86% de las personas con discapacidad están desempleadas. Muchos centros de día cerraron. Las pensiones están congeladas. Y los trabajadores que asisten a los más vulnerables no cobran desde hace meses. ¿Qué futuro queda para quienes dependen de un sistema que ahora les da la espalda?
El Episcopado denuncia que el Estado, lejos de proteger, se retiró. Que las familias, agotadas, empujan solas. Que la indiferencia institucional se volvió una forma de violencia silenciosa.
¿POR QUÉ YO TENGO QUE PAGAR PEAJE Y USTEDES NO?
Así, con esa pregunta cruel, según la familia Moche, Spagnuolo justificó el desfinanciamiento. ¿Es un castigo? ¿Es revancha? ¿Es ignorancia? Nadie lo sabe. Pero la frase resonó como un látigo en las redes y en los medios.
Y la Iglesia recogió ese látigo. No para devolver el golpe, sino para clamar justicia. Para poner el cuerpo. Para decirle al poder lo que nadie más se anima a decir: “Con los más vulnerables no se juega”.
EMERGENCIA EN DISCAPACIDAD: EL CONGRESO DECIDE
El miércoles, la Cámara de Diputados tratará la Ley de Emergencia en Discapacidad, impulsada por Daniel Arroyo. El proyecto busca actualizar fondos, reactivar pensiones y sostener a quienes hoy están colapsando. El oficialismo ya avisó que se opone. Que no hay plata. Que la prioridad es el déficit cero.
¿Pero cuánto cuesta un corazón? ¿Qué valor tiene la sonrisa de un niño que logra decir su primer “mamá”? ¿Cuánto vale el abrazo de una madre que ya no tiene que pedir limosna para pagar un traslado?
La Iglesia no habló de números. Habló de almas.
LOS OBISPOS SE PLANTAN
La Comisión Ejecutiva, encabezada por monseñor Marcelo Colombo y el cardenal Ángel Rossi, se ofreció para colaborar desde su lugar de servicio. Pero fue tajante: el Estado no puede seguir mirando para otro lado. Las palabras del comunicado sonaron como campanadas finales en una misa de duelo:
“Llamamos a la reflexión a quienes deben apoyar con los recursos necesarios… El Estado no puede actuar con desprecio, lenguaje hiriente o crueldad”.
LA VIRGEN DE LUJÁN, DEL LADO DE LOS QUE SUFREN
Como cierre, los obispos invocaron a la Virgen de Luján, patrona de los humildes, para que guíe este tiempo oscuro. No es una declaración política. Es una súplica desde el Evangelio. Porque el Evangelio, cuando es verdadero, no se calla ante la injusticia. Y hoy, con palabras claras, la Iglesia eligió de qué lado estar.
Comentarios