La Advertencia Que Heló a Miles: “¡No Estás Hablando con Tu Abuela… Estás Hablando con un Demonio!”
- Canal Vida
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Un exorcista rompió el silencio y lanzó la advertencia más escalofriante del año: “Cuando creés hablar con un ser querido, estás dejando entrar algo que no imaginás”. La Ouija no es un juego: es una puerta peligrosa que nadie debería abrir.
Hay muchos que trasladan el esoterismo a la vida cotidiana, y juegan peligrosamente con velas, espíritus y supuestos “mensajes del más allá”. Ante este avanza, que se torna cada vez mas común, un sacerdote exorcista lanzó una advertencia que pone la piel de gallina. El padre Dan Reehil, exorcista de la Diócesis de Nashville, Estados Unidos, confirmó lo que la Iglesia siempre enseñó… pero con palabras que hoy resuenan como un trueno: “La Ouija no conecta con tus muertos. Conecta con demonios”. Sí, demonios.
Mientras miles creen que una tabla de madera puede abrir la puerta al alma de un familiar querido, el sacerdote asegura que esas voces que susurran no son humanas, y que cada sesión de Ouija es un pacto involuntario con inteligencias oscuras cuyo único fin es destruir, confundir y atormentar.
“Los demonios son los grandes imitadores. Observan, escuchan, suplantan. Y cuando creés que hablás con tu abuela… en realidad los estás invitando a entrar”, explicó Reehil.
Según el exorcista, Dios solo permite —y muy pocas veces— que almas del Purgatorio pidan oración. Pero lo que llega a la Ouija no viene del cielo. Viene del infierno. Y entra cuando uno se lo permite.
La Sagrada Escritura es aún más brutal: “Todo aquel que consulte a los muertos es abominable al Señor” (Dt 18). No es superstición. Es advertencia divina.
Reehil insiste: en esta época del año, donde las tinieblas parecen más activas, los cristianos deben huir de la curiosidad espiritual y refugiarse en el Espíritu Santo, verdadero consejero, protector y guía.
“Obedezcan a Dios, ámenlo, adórenlo. Pueden consolar el Corazón de Jesús”, concluyó el sacerdote.
Una frase final queda temblando en el aire: “La Ouija no es un juego. Es una puerta”.
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