El Santo Padre , en el Día Internacional de Concientización sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, instó a detener la especulación alimentaria. “Dejen de tratar los alimentos como moneda de cambio para unos pocos”, subrayó.
“Cuando la comida no se aprovecha debidamente, sea porque se pierda o porque se despilfarre, estamos a merced de la ‘cultura del descarte’, que se traduce en una manifestación de desinterés por lo que tiene un valor fundamental o de apego a lo que adolece de importancia”, expresó el Papa Francisco hoy en su mensaje en el Día Internacional de Concientización sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos.
“Es un escándalo que los grandes productores de alimentos alienten un consumo compulsivo para enriquecerse, sin siquiera considerar las auténticas necesidades de los seres humanos.”
El Pontífice evidenció que “ver tirados los alimentos en la basura o deteriorados por ausencia de los recursos necesarios para hacerlos llegar a sus destinatarios es realmente vergonzoso y preocupante”, mientras que en contraposición, multitudes de seres humanos no pueden acceder a una alimentación adecuada o a los medios para procurársela, siendo este un derecho básico y prioritario de cada persona.
DEPLORABLE
Francisco puntualiza que la pérdida y el desperdicio de alimentos “dividen a la humanidad entre los que tienen demasiado y los que carecen de lo esencial, porque aumentan las desigualdades, generan injusticias y niegan a los pobres lo que necesitan para vivir dignamente”.
“¡En el mundo existe el alimento necesario para que nadie se vaya a la cama con el estómago vacío! Se producen recursos alimentarios más que suficientes para dar de comer a 8.000 millones de personas.”
Reflexionando sobre el clamor de los hambrientos, privados de una forma u otra del pan cotidiano, debe resonar en los centros donde se toman las decisiones. Según el Obispo de Roma, “no puede quedar silenciado o sofocado por otros intereses, considerando que los últimos datos del Informe sobre el Estado de la Seguridad Alimentaria y Nutricional en el Mundo (SOFI 2022) revelan que el año pasado el número de personas que padecen hambre en nuestro planeta aumentó significativamente debido a las múltiples crisis que afronta la humanidad”.
El Sucesor de Pedro repitió que “es necesario ‘recoger para redistribuir, no producir para dispersar’”, como sostuvo en su discurso a los miembros de la Federación Europea de Alimentos el 18 de mayo de 2019.
“LOS ALIMENTOS NO PUEDEN SER OBJETO DE ESPECULACIÓN”
Bergoglio afirmó que “toda la comunidad internacional debe movilizarse para poner fin a la lamentable ‘paradoja de la abundancia’, que mi predecesor san Juan Pablo II denunció con clarividencia hace ya 30 años (cf. Discurso en la apertura de la Conferencia Internacional sobre la nutrición, 5 diciembre 1992)”.
“Ver tirados los alimentos en la basura o deteriorados por ausencia de los recursos necesarios para hacerlos llegar a sus destinatarios es realmente vergonzoso y preocupante.”
Francisco reivindicó: “¡En el mundo existe el alimento necesario para que nadie se vaya a la cama con el estómago vacío! Se producen recursos alimentarios más que suficientes para dar de comer a 8.000 millones de personas. La cuestión, sin embargo, se refiere a la justicia social, es decir, a la forma en que se regula la gestión de los recursos y la distribución de la riqueza”.
La vida depende de los alimentos, sostuvo el Papa, “y es un escándalo que los grandes productores alienten un consumo compulsivo para enriquecerse, sin siquiera considerar las auténticas necesidades de los seres humanos”. “¡Hay que detener la especulación alimentaria!”, exhortó el Santo Padre, quien considera que “debemos dejar de tratar los alimentos, que son un bien fundamental para todos, como moneda de cambio para unos pocos”.
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