El Pontífice cerró el mes mariano con un rosario por el fin de la guerra, que fue seguido por miles de personas a través de las redes sociales.
El Papa Francisco bendice a los presentes y a quienes siguieron el rosario a través de las redes sociales. (Fotografía: Vatican Media)
“Concédenos el gran don de la paz y haz que acabe pronto la guerra”, imploró el Papa ante la imagen de María Regina Pacis en el cierre del mes dedicado a la Virgen, previo al rezo del rosario por la paz que presidió el 31 de mayo ante una multitud que se congregó en la basílica Santa María la Mayor, de Roma (Italia).
“Con las armas de la oración, el ayuno y la limosna, y con el don de Tu gracia, se pueden cambiar los corazones de los hombres y la suerte del mundo entero”
“Un signo de esperanza al mundo sufriente por el conflicto en Ucrania y profundamente herido por la violencia de los tantos escenarios de guerra aún activos”, fue el espíritu de la oración mariana guiada por Santo Padre, quien llegó hasta la basílica en silla de ruedas por su dolor en la rodilla, y convocada por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización.
Intenciones del Santo Padre antes del rezo del Santo Rosario frente a la imagen de María Reina de la Paz.
“SECA LAS LÁGRIMAS DE LOS SUFREN EN SILENCIO”
El sucesor de Pedro, frente a la efigie de María Reina de la Paz imploró misericordia por “los moribundos y que seques las lágrimas de los que sufren en silencio y soledad”. Además, le pidió que “le de fuerza al personal médico” que estuvo en la primera línea del combate contra el Covid-19.
Asimismo, notoriamente afligido, le suplicó para que le conceda “el gran don de la paz” y le solicitó; “haz que acabe pronto la guerra”.
“Somos conscientes de que la paz no puede ser solo el resultado de las negociaciones ni una consecuencia de los acuerdos políticos, sino que es sobre todo un don pascual del Espíritu Santo”, subrayó el vicario de Cristo, y expreso su ferviente convencimiento de que se puede llegar a la paz utilizando “las armas de la oración, el ayuno y la limosna, y con el don de Tu gracia, se pueden cambiar los corazones de los hombres y la suerte del mundo entero”.
REPRESENTANTES DE LA SOCIEDAD
A lo largo de los cinco misterios se rezó por las víctimas de la guerra, especialmente los más indefensos; los sacerdotes, los consagrados; el personal médico y los voluntarios que diariamente llevan ayuda humanitaria a los más necesitados; las familias que recibieron refugiados; los violentados y desaparecidos.
En representación del Pueblo de Dios estuvieron presentes, entre otros, una familia ucraniana, capellanes militares, voluntarios, una familia siria, una familia venezolana, unos refugiados.
MARÍA Y EL FIN DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
La plegaria tuvo lugar frente a la estatua de María Reina de la Paz, en la nave izquierda de la Basílica. La imagen fue encargada por Benedicto XV y realizada por el escultor Guido Galli, para pedir a la Virgen María el fin de la Primera Guerra Mundial en 1918.
La escultura representa a la Virgen con el brazo izquierdo levantado como señal para ordenar el fin de la guerra, mientras que con el derecho sostiene al Niño Jesús, dispuesto a dejar caer la rama de olivo que simboliza la paz.
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