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Francisco: Los sacerdotes deben ser humildes, no “superhombres”

Francisco subrayó, en un encuentro con formadores de sacerdotes, que las auténticas motivaciones vocacionales son "el seguimiento del Señor y la instauración del Reino de Dios". “Deben educar con el ejemplo”, manifestó.
 

“Hay que renunciar a los protagonismos y trabajar en pos de las próximas generaciones de sacerdotes”, dijo esta mañana el Papa a los rectores y formadores de seminarios de América Latina que participan en Roma de un curso promovido por el Dicasterio para el Clero.


En el encuentro Francisco recordó que hay cuatro "dimensiones presentes en la persona del seminarista": humana, intelectual, espiritual y pastoral.

 
 
RENUNCIAR A LOS PROTAGONISMOS

Uno de los retos más importantes en la formación sacerdotal, indicó el Santo Padre, es construir "verdaderas comunidades cristianas" que no sólo promuevan "un proyecto formativo coherente", sino también "una experiencia verdaderamente comunitaria en todas las dimensiones de la formación".


A los aspirantes al sacerdocio les señaló que es necesario renunciar a la inercia y al protagonismo y empezar a soñar juntos, unidos y abiertos a lo que el Señor desea hoy como formación para las próximas generaciones de sacerdotes inspirados en las orientaciones actuales de la Iglesia".


“Hay que tener cuidado, pues su misión no es formar ‘superhombres’, que pretendan conocer y controlar todo y ser autosuficientes; al contrario, es formar hombres que con humildad sigan el proceso elegido por el Hijo de Dios, que es el camino de la encarnación, manifestó.

 
 
CAMINOS HUMANOS Y ESPIRITUALES

En otro pasaje del discurso el Pontífice subrayó que la dimensión humana de la formación sacerdotal "no es sólo una escuela de virtudes, de crecimiento de la personalidad o de desarrollo personal", sino que también implica una maduración integral de la persona potenciada por la gracia de Dios que, teniendo en cuenta los condicionamientos biológicos, psicológicos y sociales de cada persona, es capaz de transformarla y elevarla, sobre todo cuando la persona y la comunidad se esfuerzan por colaborar con ella de forma transparente y veraz.


Asimismo, destacó que una de las tareas más importantes en el proceso formativo de un sacerdote "es la lectura gradual" de su camino, o sea el discernimiento personal y eclesial de la propia vocación.

 
 
EJEMPLO A LOS FUTUROS PASTORES

Los formadores, recordó el sucesor de Pedro, están llamados a educar "con su vida, más que con sus palabras: la sintonía humana y espiritual de los formadores, en particular del rector del seminario, es una de las mediaciones más importantes en el acompañamiento formativo".


Los formadores sacerdotales dan testimonio con su vida de lo que las palabras y los gestos "intentan transmitir en el diálogo y la interacción" con los seminaristas.

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