El Último Paseo del Papa del Pueblo: Francisco Murió Tras Volver a Abrazar a la Gente
- Canal Vida
- 22 abr
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El Santo Padre falleció al día siguiente del Domingo de Pascua, tras un último gesto de amor al pueblo: su regreso a la plaza de San Pedro, en el Papamóvil. Agradecido y sereno, se despidió abrazando a los fieles.

El Papa Francisco murió como vivió: abrazando a su pueblo. A solo horas de haber bendecido al mundo entero desde el balcón de la basílica de San Pedro en su último Urbi et Orbi, cerró sus ojos para siempre en la intimidad de la Casa Santa Marta, agradecido y en paz.

Entre sus últimas palabras, dirigidas a su inseparable enfermero y asistente personal de salud, Massimiliano Strappetti, dejó una frase que estremecerá a millones: “Gracias por traerme de vuelta a la plaza”. Fue un susurro de gratitud, por ese último paseo en el papamóvil que él dudó poder hacer. “¿Crees que podré?”, preguntó temeroso. Pero lo hizo. Saludó a niños, ancianos, fieles con lágrimas, volvió a encontrarse con la gente, esa misma que amó como a sí mismo durante su pontificado.
“Gracias por traerme de vuelta a la plaza.” (Papa Francisco)
Ese domingo, Francisco cenó tranquilo. Durmió sereno. Pero al amanecer del lunes 21 de abril, su cuerpo dijo basta. A las 5:30 comenzaron los síntomas del colapso. A las 7:35, el Camarlengo confirmó su fallecimiento. No sufrió. No luchó. Solo partió, dejando un legado imposible de olvidar.
Francisco: el Papa que no murió solo. Murió entre su gente.
Su última Pascua fue también su despedida. Un día después de mirar al mundo con ternura desde lo alto de San Pedro, el Papa de los descartados volvió al Padre. Sin pompa, sin dramatismo, con la misma humildad con la que vivió.
Francisco no eligió morir en la plaza, pero quiso volver a ella. Y lo hizo. Por última vez. Entre aplausos, pañuelos y oraciones. Así se va un hombre que hizo de la misericordia su bandera, y del pueblo, su casa.
Francisco: el Papa que no murió solo. Murió entre su gente.
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