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EL ROSTRO OCULTO DE HALLOWEEN: LAS 4 ADVERTENCIAS DE UN EXORCISTA QUE TODO CATÓLICO DEBE ESCUCHAR

  • Foto del escritor: Canal Vida
    Canal Vida
  • hace 29 minutos
  • 3 Min. de lectura
Halloween parece una fiesta inofensiva, pero detrás de máscaras y dulces se esconde un peligro espiritual que pocos ven. Un exorcista revela las cuatro advertencias que todo católico debe conocer antes de abrir la puerta… ¿a quién realmente estamos invitando?
Halloween
Un sacerdote exorcista eleva una vela en una noche de Halloween, símbolo de la batalla espiritual entre la luz y las tinieblas. Mientras el mundo celebra el miedo, la Iglesia recuerda que solo Cristo vence al demonio con su verdad y su amor. (Fotografía ilustrativa generada con IA)

En medio de calabazas, disfraces y risas, el padre Vincent Lampert, exorcista de la Arquidiócesis de Indianápolis, lanza una advertencia que estremece: “Halloween puede parecer inocente, pero para muchos, es la puerta por donde el mal entra disfrazado de diversión”.







EL ORIGEN QUE EL MUNDO OLVIDÓ

Halloween nació en el siglo VIII, cuando Gregorio III instituyó la Vigilia de Todos los Santos, conocida como All Hallows’ Eve. Era un tiempo para recordar a los santos y orar por los difuntos, no para glorificar el miedo.


Sin embargo, con el paso de los siglos, la fiesta cristiana se mezcló con costumbres paganas. Lo que comenzó como una víspera sagrada, hoy se convirtió en un desfile de brujas, demonios y sangre falsa.


El sacerdote recuerda: “Halloween no es malvado en sí mismo. Lo que lo convierte en un peligro espiritual es cómo se celebra. Cuando Dios desaparece de la fiesta, el vacío lo ocupa el enemigo”.

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PRIMERA ADVERTENCIA: EL MAL NO JUEGA

El exorcista advierte que los símbolos del mal no son simples adornos. “Cuando un niño se disfraza de demonio o de asesino por diversión, se acostumbra a banalizar el mal”, explica. El problema, dice, no está en el disfraz, sino en el mensaje espiritual que transmite: “Si glorificamos la oscuridad, aunque sea en broma, dejamos de temerle. Y lo que no tememos, lo invitamos”.



SEGUNDA ADVERTENCIA: JUGAR CON LA MUERTE ABRE PUERTAS

El padre Lampert recuerda el Deuteronomio 18, donde se prohíbe invocar a los muertos o consultar espíritus. “Muchos piensan que las prácticas ocultistas o las sesiones de espiritismo son juegos. Pero son atajos hacia el abismo espiritual”, señala.


Cada año, cuenta, recibe casos de personas que comenzaron “solo probando” y terminaron con pesadillas, obsesiones o incluso infestaciones demoníacas. “El mal no necesita permiso escrito —dice—, basta con que le abras la puerta de la curiosidad”.



TERCERA ADVERTENCIA: EL DIABLO NO DESCANSA EN HALLOWEEN

Contrario a lo que muchos creen, los demonios no tienen más poder en Halloween, pero sí más oportunidades.“El peligro no está en el calendario —explica Lampert—, sino en los corazones que se abren al mal por diversión o rebeldía. Si alguien usa este día para burlarse de lo sagrado o invocar el miedo, en realidad está dándole poder al enemigo”.


Según el exorcista, la verdadera protección es la oración, los sacramentos y la conciencia de fe, no los amuletos o supersticiones.



CUARTA ADVERTENCIA: CONVERTIR EL MIEDO EN FE

Lejos de condenar la fiesta, el religioso invita a recuperar su sentido cristiano original: la víspera de la victoria de los santos sobre la muerte. “Los padres deben aprovechar Halloween como una oportunidad de enseñanza —afirma—. En lugar de glorificar la oscuridad, podemos enseñar que Cristo ya venció al mal. Que el miedo no es más fuerte que la fe”.


Así, propone celebrar con disfraces alegres, rezar por los difuntos y recordar a los santos, “los verdaderos héroes que enfrentaron al demonio y ganaron”.

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ENCENDER LUCES, NO SOMBRAS

El exorcista concluye con una frase que debería resonar en cada familia católica: “El peligro no está en Halloween… está en olvidar que pertenecemos a la luz”.


En una sociedad que se disfraza para olvidar su alma, el mensaje del padre Lampert es claro: no se trata de temer al mal, sino de no rendirle homenaje. Porque en la noche más oscura del año, los cristianos están llamados no a esconderse… sino a encender la luz que el mundo olvidó: Cristo resucitado.



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