EL REGALO SECRETO DE SANTA TERESITA: LA FLOR QUE DESPERTÓ CUANDO EL CIELO QUISO HABLAR

Una familia viajó cientos de kilómetros para venerar a Santa Teresita… y al volver a casa, algo imposible ocurrió: una planta que casi nunca florece estalló en flores la misma noche. ¿Milagro, señal del cielo o simple coincidencia?

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Santa Teresita ‘La Pequeña Flor’ junto a su relicario en su última gira jubilar por EE.UU. y el sorprendente florecimiento fuera de temporada del ‘árbol de Ewan’, la planta que una familia guarda en memoria de su hijo. Un signo que muchos ya leen como un guiño del Cielo.

No era un día común. El 6 de diciembre, una familia entera condujo 320 kilómetrossolo para venerar las reliquias de santa Teresita del Niño Jesús, la carmelita que prometió “hacer caer una lluvia de rosas” desde el cielo. Era la última parada de la gira jubilar en Estados Unidos… y nadie imaginaba lo que estaba por ocurrir.

El relicario de Santa Teresita de Lisieux en su última parada del Jubileo: cientos de fieles se acercaron a tocarlo entre lágrimas y oración, buscando consuelo y milagros de la ‘Pequeña Flor’.

Esa mañana, la madre de familia había despertado horas antes del amanecer. Sin poder volver a dormirse, hizo lo que hace cualquier corazón que conoce el dolor: rezó. Le pidió a santa Teresita por un viaje seguro… y le confió un pedido mucho más íntimo: “Si ves a Ewan allá arriba, salúdalo. Decile que lo amamos”. Ewan, su bebé fallecido a los 16 días de vida, era el tesoro más doloroso que la familia guardaba en el alma.

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Antes de salir de casa, algo la detuvo en seco: La dracaena, el “árbol de Ewan”, una planta comprada por su padre hace más de una década para honrar la memoria del pequeño, estaba a punto de florecer. En 12 años, solo lo había hecho una vez.

El viaje transcurrió entre rezos y un acuerdo familiar: estar abiertos a cualquier gracia que Dios quisiera regalarles. Al llegar a la capilla, tocaron el relicario de la “Pequeña Flor” con devoción profunda. Pero el milagro los esperaba al regresar.

Las flores que casi nunca brotan… florecieron justo el día de la visita a Santa Teresita. La drácena plantada en memoria de Ewan abrió sus capullos como un guiño del Cielo. Un signo inesperado, sutil y luminoso.

Ya de noche, la madre miró hacia el árbol…Y las flores habían explotado en fragancia. Una planta que casi nunca florece… lo hizo justo el día en que visitaron las reliquias. El mismo día en que ella había pedido una señal. El mismo día en que recordó a su hijo en el cielo.

¿Coincidencia? Para algunos, quizá.

Para ella, fue un guiño de Dios, una rosa caída desde el cielo por manos de santa Teresita.

Una prueba silenciosa de que el cielo escucha.