El Papa lo Eligió para una Misión Incómoda: García Cuerva, el Enviado de León XIV al Mundo de las Cárceles
- Canal Vida
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León XIV sorprendió al designar al arzobispo argentinocomo su delegado pontificio para la pastoral carcelaria mundial. Un movimiento decisivo que revela una misión oculta: llevar luz a los lugares más oscuros del planeta… incluso donde nadie quiere entrar.
En un anuncio que sacudió al Episcopado argentino, León XIV designó este 7 de diciembre al arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, como delegado pontificio para la Comisión Internacional de Pastoral Carcelaria Católica (ICCPPC), el organismo que coordina y acompaña la acción espiritual de la Iglesia en los rincones más oscuros del planeta: las cárceles.
La noticia, enviada directamente desde Roma, no es un gesto simbólico. Es un llamado a entrar en la herida más profunda de la sociedad, y el Pontífice eligió a un hombre marcado, desde joven, por esa frontera humana donde casi nadie quiere pisar.
EL PASTOR QUE ELIGIÓ VIVIR ENTRE REJAS
Mucho antes de ser arzobispo, García Cuerva caminó pabellones, escuchó llantos, sostuvo manos esposadas y celebró misa en patios donde la violencia era rutina. En la diócesis de San Isidro fue capellán en varias unidades penitenciarias y acompañó a familias quebradas por la pobreza y el encierro.
Desde 2010 representa a América Latina y el Caribe dentro de la ICCPPC. No es un recién llegado: es un soldado veterano en un territorio donde la Iglesia pocas veces tiene titulares, pero donde late una de sus misiones más urgentes.
ROMA VIO LO QUE POCOS VEN
La Conferencia Episcopal Argentina (CEA) reaccionó con un mensaje cargado de emoción: este nombramiento —afirman— reconoce “una vida marcada por la sensibilidad hacia quienes nadie mira”. El presidente de la entidad, Marcelo Colombo, y el obispo Raúl Pizarro le escribieron una carta que dice más de lo que parece: la Iglesia confía en él para encender luz en un mundo donde reina la oscuridad.
UNA MISIÓN PARA LOS OLVIDADOS
Como delegado pontificio, García Cuerva será la voz del Papa ante una comisión que busca defender la dignidad de los presos, formar capellanes y reconstruir puentes en un sistema marcado por la violencia y el abandono.
León XIV no dejó dudas: quiere una Iglesia que vuelva a salir… incluso a las cárceles.
Y eligió a un hombre que ya lo estaba haciendo.