EL MILAGRO DE NAVIDAD QUE CAMBIÓ A SANTA TERESITA PARA SIEMPRE: LA NOCHE EN QUE UNA NIÑA FRÁGIL FUE TOCADA POR DIOS… Y NACIÓ UNA SANTA
- Canal Vida
- hace 5 minutos
- 2 Min. de lectura
No fue un milagro espectacular ni visible. Fue una curación interior ocurrida en Nochebuena. Santa Teresita llamó a ese momento su “milagro de Navidad”: la noche en que Jesús tocó su corazón y la transformó para siempre.
La Navidad suele asociarse con regalos, luces y emociones. Pero para santa Teresita de Lisieux (1873-1897), la Navidad de 1886 fue mucho más que una fiesta: fue un milagro silencioso que transformó su alma para siempre.
Antes de ser Doctora de la Iglesia y referente espiritual del mundo entero, Teresa Martín era una niña extremadamente sensible. Lloraba con facilidad, se desbordaba ante cualquier contrariedad y vivía atrapada en una emocionalidad que ella misma describió como insoportable. Sus padres —santos, pero humanos— se sentían desanimados. Y Teresa lo sabía.
En su autobiografía Historia de un alma, lo reconoce sin rodeos: “Me volví casi insoportable por ser demasiado sensible”. Nadie imaginaba que Dios estaba a punto de intervenir… en la noche más común y a la vez más sagrada del año.
Después de la Misa de Gallo, la familia volvió a casa y encontró los zapatos llenos de regalos. Pero esa noche algo cambió. Teresa escuchó a su padre expresar su deseo de que ella dejara atrás esas actitudes infantiles. En otros años, eso habría provocado lágrimas incontenibles. Esta vez no.
Lo que ocurrió después fue inexplicable incluso para ella. Teresa sintió una fuerza interior nueva. Jesús había tocado su corazón. Contuvo las lágrimas, sonrió, abrió los regalos con serenidad y alegría. Nadie entendía nada. Ella tampoco. Pero sabía una cosa: ya no era la misma.
Más tarde llamaría a ese momento “mi milagro de Navidad”. No fue un prodigio visible. Fue algo más profundo: la curación de su hipersensibilidad, el nacimiento de una fortaleza interior que marcaría todo su camino espiritual.
Ese milagro pequeño —pero decisivo— fue el primer paso de su “caminito”. La prueba de que Dios actúa también en lo mínimo, y que en Navidad puede obrar transformaciones que cambian una vida… para siempre.
Tal vez por eso santa Teresita sigue repitiéndonos hoy: ningún milagro es demasiado pequeño cuando Dios entra en el corazón.
EL MILAGRO DE NAVIDAD QUE CAMBIÓ A SANTA TERESITA PARA SIEMPRE: LA NOCHE EN QUE UNA NIÑA FRÁGIL FUE TOCADA POR DIOS… Y NACIÓ UNA SANTA
Comentarios