El Jubileo de los Influencers: ¿Evangelizar o Ser Likeados?
- Canal Vida
- 28 jul
- 2 Min. de lectura
Influencers católicos de todo el mundo llegaron a Roma para un Jubileo que no fue solo para las cámaras: el Vaticano les habló con crudeza sobre likes, ego y santidad. ¿Puede evangelizarse con filtros o es solo vanidad disfrazada?

Roma fue testigo de un evento sin precedentes: el primer Jubileo de los Misioneros Digitales e Influencers Católicos, un terremoto espiritual que sacudió las redes sociales… y también las conciencias. El Vaticano abrió sus puertas al mundo digital y lo hizo sin filtros: habló de superficialidad, del algoritmo como nuevo ídolo… y del silencio como arma para evangelizar.
Miles de creadores de contenido católico de todo el planeta se reunieron este 28 de julio en el Auditorium Conciliazione, en el corazón de la Ciudad Eterna. Pero no fue un simple evento de networking: fue un llamado profundo. El cardenal Pietro Parolin lo dijo sin rodeos: “Evangelizar en la red no es cuestión de estrategias, sino de humanidad”.

EVANGELIZAR SIN SHOW
En una era donde una imagen vale más que mil palabras y un reels puede tener más alcance que un sermón, el Vaticano eligió caminar con los influencers, pero sin rendirse al show. Monseñor Fisichella lo gritó con fuerza: “El Evangelio tiene rostro, se llama Jesucristo”. No basta con viralizar frases bonitas. Hay que arder, no brillar, como dijo el padre Antonio Spadaro.
El evento lanzó advertencias claras: “Cuidado con convertir la comunidad en público”, señaló Paolo Ruffini, al tiempo que indicó que “cuando todo se mide en views, likes y compartidos… el alma se puede perder en el scroll”. Y es que lo digital, reconocieron todos los oradores, no es solo un medio: es un lugar de misión. Con heridas, preguntas, adicciones… y hambre de Dios.
TESTIGOS Y DIFUSORES DE LA PALABRA
Influencers, sacerdotes tiktokers, youtubers del rosario, misioneros de Instagram, todos fueron invitados no a ser estrellas, sino testigos.
“El algoritmo conoce los datos —dijo Spadaro—, pero no el alma. Por eso necesitamos misioneros digitales que no impongan, sino que abracen”.

CAMINO A LA PUERTA SANTA
La jornada incluyó adoración eucarística, trabajo en grupos, testimonios y hasta un festival nocturno. Pero el punto culminante llegará mañana 29 de julio, con una peregrinación hasta la Puerta Santa de San Pedro. No solo como símbolo, sino como consagración: un click hacia la eternidad.
Porque en medio de una cultura que todo lo convierte en mercancía —incluso la fe— el Jubileo fue una proclamación profética: no estamos aquí para vender contenidos, sino para provocar encuentros. “Samaritanizar”, dijo Ruiz, usando la palabra del Papa: es decir, hacerse prójimo, también en las redes.
¿Evangelizadores o celebridades digitales? ¿Apóstoles o marcas personales? El Jubileo dejó una respuesta clara: la Iglesia no necesita influencers… necesita santos. Y si esos santos hoy usan Instagram, no es para ganar seguidores. Es para recordarle al mundo que aún hay esperanza.
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